Un hombre ha sido condenado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra a un año y medio de prisión por un delito de amenazas, proferidas cuchillo en mano en su propio domicilio contra su mujer y sus tres hijos que tuvieron que refugiarse en el piso de un vecino.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2020 en un domicilio de Tierra Estella y la víctima declaró en el juicio tratando de exculpar a su pareja. Sin embargo, el Juzgado de lo Penal 5 condenó al acusado y el recurso que presentó este no ha prosperado en la Audiencia. De esta forma también se confirma la orden de alejamiento de 300 metros y durante dos años y medio impuesta al procesado, que tiene prohibido el mismo tiempo la comunicación con la mujer.

Auxilio a su vecindario y huida

El tribunal considera probado que el acusado fue condenado por un delito de amenazas en Logroño en marzo de 2018 y que sobre las 10.00 horas del 11 de agosto de 2020 mantuvo una discusión con su pareja cuando ambos se encontraban en el domicilio familiar. En el curso de dicha disputa, con la intención de atemorizar a la mujer, el acusado cogió un cuchillo con una mano mientras con la otra mano llevaba a un hijo cogido de la camisa y le decía a ella que la iba a matar.

La perjudicada comenzó entonces a pedir auxilio, gritando que la mataban y golpeó la puerta de su vecino, que abrió la misma y metió en su casa tanto a la mujer como a sus hijos. Después, el testigo trató de llevar a un lugar seguro a todos ellos y en el momento en el que se iba a montar en el coche apareció de nuevo el acusado, que les había seguido. Lo hizo mientras exhibía un cuchillo y diciendo "que te mato" a la mujer.

El acusado recurrió la sentencia alegando que el testigo, el vecino en este caso, "tiene un interés comercial" en el resultado del juicio, que se trata de un vendedor de droga y que su testimonio es inveraz. Sin embargo, la Sala resalta que no hay ninguna causa objetiva que haga dudar de la declaración del vecino, quien sí ha admitido la mala relación con el encausado.

La jueza resaltó en la condena inicial que aunque el acusado y la víctima negaran los hechos, "debe tenerse en cuenta que los mismos tienen el deseo de continuar su relación y por eso existe un ánimo en ambos de que dicte una sentencia absolutoria". Sin embargo, recuerda el tribunal, la sentencia da plena credibilidad a la testifical del vecino que dijo haber escuchado a la perjudicada pedir auxilio gritando que le mataban y golpeó la puerta. Relató cómo escuchó a la víctima que gritaba "socorro, que me mata", y cuando abrió la puerta estaba la mujer con sus hijos y el acusado con un cuchillo en una mano y un niño en la otra, y que le decía a ella que le iba a matar.