¿Cómo surge esta exposición y cómo se ha llevado a cabo? 

–Esta iniciativa nace de la necesidad de visibilizar la realidad de las pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico (CMTNm). En la primera fase del proyecto realizamos una serie de entrevistas a las pacientes y después un robot de inteligencia artificial plasmó las emociones que sentían las pacientes al contar los momentos del diagnóstico, de la aceptación de la enfermedad y cómo visualizan su propio futuro. Después entramos en una segunda fase, que es la que inauguramos ahora, en la que mediante un aparato tecnológico conectamos a las pacientes con artistas plásticos para que éstos pudiesen sentir las emociones de las pacientes para dibujar cuadros. Una de ellas, Ángela, falleció cuando estábamos en una de las últimas etapas, entonces uno de los cuadros lo plasmamos con las emociones de su marido.

¿Cómo son esas emociones? ¿Qué conlleva un diagnóstico de cáncer? 

–Cuando un cáncer entra en una casa arrasa con todo. Afecta a todo el entorno de la paciente y se pierde la normalidad y la rutina. Todo cambia y surge una montaña rusa de emociones. Aquí me gustaría destacar a dos figuras. Por un lado, al cuidador, porque aquí siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿quién cuida al cuidador? Es necesario tener en cuenta y acompañar también a la persona que está al lado de la paciente. Por otro lado están los niños, que es un capítulo que muchas veces se nos olvida. No me refiero a los adolescentes, porque a ellos se les puede explicar qué es lo que ocurre y lo entienden, sino a niños de 5 o 6 años, porque al final aunque no entiendan bien lo que ocurre se enteran de las cosas, saben que algo pasa, que algo no va bien. Por eso creo que los cuidadores y los niños merecen un capítulo especial a la hora de hablar de las consecuencias de un diagnóstico.

Esta campaña busca sensibilizar y visibilizar el cáncer de mama metastásico, porque decís que el lazo rosa no os representa al completo, ¿se sienten olvidadas? 

–Totalmente, el cáncer de mama metastásico es una patología olvidada y creo que el cáncer de mama en general está demasiado edulcorado y rodeado de comercialización, con todo lo relacionado al lazo rosa. Nosotras suponemos entre el 20-30% de las pacientes que sufren cáncer de mama y queremos tener un espacio. La campaña que presentamos busca visibilizar nuestra vida para tener ese espacio. Porque al final el mensaje positivo que rodea al lazo rosa no va con nosotras, nosotras dependemos totalmente de la innovación y la investigación para poder tener esperanza. Por eso necesitamos a los profesionales, porque nuestro objetivo ahora es vivir un poquito más y un poquito mejor.