Las consultas de Osasunbidea detectaron el año pasado un total de 715 casos de violencia de género, es decir, más de 700 mujeres reconocieron por primera vez durante una consulta médica que han sido víctimas de algún tipo de maltrato. Así lo puso de manifiesto ayer el departamento de Salud, que va a poner en marcha un protocolo de detección temprana de la violencia de género en centros de salud, en la Red de Salud Mental y en los CASSyR (Centro de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva). En concreto, las 715 mujeres que reconocieron por primera vez sufrir maltrato durante el año pasado por cualquier forma de violencia, independientemente de quién fuera el agresor suponen un incremento del 16% con respecto a los dos años anteriores –en los que descendieron los casos (619 en 2020 y 614 en 2021) coincidiendo con la pandemia–, pero se sitúa en niveles similares a los de 2019 (708). Del total de mujeres, 373 fueron asistidas en Atención Hospitalaria y 342 mujeres en Atención Primaria.

Son cifras que probablemente sean la punta del iceberg y precisamente para que afloren el mayor número de casos posibles el departamento de Salud va a a implantar un protocolo de detección temprana de violencia contra las mujeres en los centros de salud, los centros de la Red de Salud Mental y los CASSyR, así como en la Consulta de Embarazos de Alto Riesgo (CARO). Va a estar dirigido a mujeres mayores de 15 años y va a consistir en la realización de un cuestionario, cuya eficacia ha sido validada en otras comunidades autónomas y que recoge los tres tipos de violencia: física, psicológica y sexual.

El protocolo se implementará a partir de enero de 2024 en los citados centros sanitarios “por ser lugares accesibles para todas las mujeres, a los que acuden la totalidad de ellas en un momento u otro de su vida y con múltiples posibilidades de contacto directo y continuado”, expresó ayer Salud. Asimismo, destacó que en ellos “se establecen relaciones de confianza entre profesionales y personas atendidas, siendo en muchas ocasiones estos profesionales los primeros que asisten a las mujeres en situación de violencia. Igualmente, están implicados en la atención a sus familias”.

Formación de profesionales

Para poder poner en marcha este sistema, a lo largo del mes de noviembre se ha llevado a cabo la formación de los profesionales de estos centros, que trabajan de manera integrada: medicina, enfermería, matronas, trabajo social y psicología. En concreto, han recibido formación específica en la detección temprana, manejo de indicadores de sospecha, valoración del riesgo, desarrollo de destrezas para la entrevista y respuesta inmediata. Asimismo, se les ha formado en la canalización de las demandas hacia los equipos profesionales involucrados en la atención integral y recuperación de las víctimas de violencia de género de Atención Primaria y Hospitalaria, así como la red de centros de servicios sociales y del ámbito de la Igualdad, entre otros.

Cabe recordar que el año pasado Osasunbidea creó el Grupo técnico de trabajo para la atención integrada a mujeres víctimas de violencia y a sus hijas e hijos y desde entonces ha trabajado, entre otras cuestiones, en la detección temprana de estas situaciones de violencia.

Problema de salud pública

Según detalló ayer el departamento, la violencia contra las mujeres repercute de forma importante en su salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la calificó como un problema de salud pública de alta prevalencia y de graves consecuencias para la salud, de carácter repetitivo, con un alto coste sanitario y social. Sin embargo, “es preocupante su baja detección y el retraso en el diagnóstico tal y como constata la evidencia científica internacional y los numerosos estudios de investigación realizados al respecto”. En este sentido, cabe destacar que el 33% de las mujeres han buscado ayuda formal tras haber sufrido violencia por parte de su pareja o expareja. De ellas, el 27% se ha puesto en contacto con algún servicio sanitario, bien sea médico, psicológico, psiquiátrico o farmacéutico reconociendo esta situación.

Domínguez: “El cuestionario se hará cuando haya indicios de maltrato”

El consejero de Salud detalla que constará de “preguntas sencillas” que no se relacionen directamente con la violencia

El departamento de Salud va a implantar en enero de 2024 un nuevo protocolo de detección temprana de violencia contra las mujeres en los centros de salud, los centros de Salud Mental, los CASSyR y en la Consulta de Embarazos de Alto Riesgo (CARO). En concreto, va a consistir en la realización de un cuestionario que está dirigido a mujeres mayores de 15 años, pero no se realizará a todas. “El objetivo es que en estos centros existan unos cuestionarios, a través de preguntas sencillas y que no se relacionen directamente con el maltrato, que puedan dar una idea al profesional de que esa paciente puede estar sufriendo algún tipo de violencia. Pero el cuestionario se le va a plantear a aquellas mujeres con las que haya indicios de que puedan estar sufriendo maltrato”, explicó ayer el consejero de Salud, Fernando Domínguez.

Así, el cuestionario constará de tres sencillas preguntas enfocadas a conocer si han sufrido maltrato emocional, físico o sexual por parte de su pareja u otra persona importante. El cuestionario –que se repetirá con una periodicidad de dos años– es un instrumento que se constituye sobre la base de la evidencia científica, la experiencia y lecciones aprendidas y compartidas entre los servicios de salud autonómicos, en el marco de trabajo de la Comisión contra la Violencia de Género del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

Además de este protocolo, y con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se celebra este sábado 25 de noviembre, Osasunbidea ha organizado una jornada, que tendrá lugar el día 28, dirigida a sus profesionales, en la que se va a presentar las actuaciones previstas para la detección temprana. El objetivo de esta jornada de sensibilización es aumentar la detección e intervención precoz sobre estas situaciones, ofreciendo un abordaje integral y continuado a lo largo de todo el proceso, tratando de mejorar la salud y calidad de vida de las mujeres y su entorno familiar, informó ayer el departamento.