El edificio que albergará la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra muestra ya su esqueleto en el recinto hospitalario con obras que avanzan “sin incidencias” en plazos y presupuestos para abrir sus puertas en el curso 2025-26. El nuevo edificio, que tendá una capacidad máxima para alrededor de 1.500 personas, acogerá al alumnado que curse Medicina, Enfermería y Psicología (de momento los de Ciencias de Actividad Física y del Deporte se quedan en Arrosadia) así como los tres másteres del ámbito sanitario: Investigación en Ciencias de la Salud, Salud Pública y Psicología General Sanitaria (habilitante para ejercer) y doctorados.
El consejero de Salud, Fernando Domínguez, y la recién nombrada consejera de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Patricia Fanlo, junto al rector de la UPNA, Ramón Gonzalo, han comprobado esta mañana el avance de las obras de una Facultad que, según destacó Fanlo, “será el reflejo de la excelencia educativa de Navarra en el ámbito sanitario”.
En la actualidad, los trabajos, que ejecuta la unión temporal de empresas (UTE) integrada por Osés Construcción y Construcciones Mariezcurrena, se centran en el montaje de la estructura de madera laminada, uno de los elementos clave de este edificio de energía positiva, que generará al menos la misma cantidad de energía que la que consuma en calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación.
Una vez acabada la estructura de hormigón de las plantas sótano y baja, las dos empresas comenzaron en octubre la colocación de la estructura de madera laminada, cuya ejecución abarca 7,5 meses de trabajos. El montaje se realiza con grúas torre y la estructura de madera laminada cubrirá 2.800 m2 por planta.
Cuatro plantas
El edificio, cuyo coste de adjudicación es de 30,2 millones, se ejecutará en un plazo de 28 meses, cuenta con una superficie de 13.504 m2 distribuidos en planta baja y cuatro alturas. En el bajo estarán los accesos principales, el vestíbulo y la cafetería-comedor, así como un área de anatomía con un aula de docencia.
Las plantas de la primera a la tercera estarán destinadas al uso docente e investigador, con aulas, doce laboratorios, sala de informática/microscopía, despachos, vestuarios y aseos. Además, la primera planta tendrá una sala de grado (auditorio) para exposiciones magistrales, charlas, defensas de tesis y presentaciones de trabajos de fin de grado y de máster. La cuarta planta será un espacio diáfano y en ella se prevé crear un laboratorio de simulación en el que los estudiantes puedan practicar con maniquís.
Atraer y retener talento
Tras la visita, el rector de la UPNA destacó la importancia del proyecto “para potenciar el ecosistema biosanitario público en Navarra”, porque de este edificio saldrán formados los nuevos egresados de Medicina, Enfermería y Psicología y también de los másteres del área de salud, y de los doctorados. Al lado del Hospital Universitario, lindando con Navarrabiomed, la nueva Facultad asumirá parte de la formación y la investigación, y “con eso cerramos el ecosistema biosanitario público”, lo que permitirá “atraer, retener y captar talento”.
Por su parte, la consejera Fanlo trasladó su “emoción e ilusión” como consejera pero también como docente de la UPNA y médico y destacó la “firme apuesta de este Gobierno por educación universitaria pública, que asegura la igualdad de acceso y contribuyan a atraer talento a Navarra”.
Un edificio del futuro, que generaá más energía que la que consume
La arquitecta Sara Velázquez, de VAarquitectos, definió la futura facultad como un “edificio del futuro” porque “es un edificio de energía positiva que no va a consumir combustibles fósiles” y que va a producir en el balance anual más energía de la que consume, algo que harán mucho otros edificios pero sin alcanzarlo hasta 2050. El segundo objetivo persigue que al construirse “no se quite a la tierra nada que la tierra no pueda volver a regenerar y en este caso, con casi 10.000 m2 construidos de madera, cumplimos ese requisito”, afirmó Velázquz tras incidir en que se trata de madera que se puede regenerar, 100% industrializada y tecnológica, un material que es 100% absorbente de emisiones. La tercera clave es que el proyecto nació en pandemia, por lo que los arquitectos han diseñado un edificio “bien ventilado, con mucha luz por dentro, con espacios en los que salir al aire libre y espacios de encuentro para hablar, abrazarte, estar”.
