Las personas con discapacidad intelectual han mostrado este miércoles, en unas jornadas celebradas en Civican, su deseo de vivir con independencia, en viviendas adecuadas para ellas e integradas en su comunidad.

Es una de las conclusiones de la jornada de trabajo organizada por ANFAS para reflexionar sobre la 'desinsitucionalización' de las personas con discapacidad, sus posibilidades de vivir de manera independiente, con los apoyos necesarios, y de hacerlo, además, incluidos en la comunidad.

Son principios en los que se basa el proyecto 'Mi Casa: Una vida en comunidad', cuyos resultados ha presentado Laura Espejo, adjunta a dirección de Plena Inclusión España, y que han logrado cambiar la vida de más de 200 personas con grandes necesidades de apoyo.

Basándose en ese proyecto, ANFAS gestiona desde marzo un piso cedido por el Ayuntamiento de Pamplona en el centro de la ciudad y subvencionado por el Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra.

En el mismo, seis jóvenes con grandes necesidades de apoyo viven de manera independiente haciendo uso de los recursos comunitarios, participando en diversas iniciativas, como el huerto urbano, y consiguiendo con su presencia y actividades una transformación social que permite su inclusión.

La jornada surge como respuesta a las familias de la Asociación que durante los meses de marzo y abril del pasado año participaron en las charlas 'Hablemos de vivienda' que se celebraron en todas las sedes de ANFAS.

En estas reuniones nació la idea de recoger las demandas y necesidades de quienes a corto, medio o largo plazo pudieran solicitar a la administración una plaza en un recurso de vivienda. El resultado es un estudio de necesidades de 152 familias que demandan nuevas soluciones.

"En clave de derechos". Así definió Victorio Latasa, primera persona con discapacidad intelectual que forma parte de la Junta Directiva de ANFAS, las demandas que recoge el estudio.

A lo largo de la jornada, en las diferentes ponencias, ha quedado patente el cambio de mirada que se está produciendo en la sociedad, de un modelo asistencial, rehabilitador, en el que la persona con discapacidad intelectual era quien se tenía que adaptar al entorno, a uno inclusivo que implica transformación social.

Este cambio de mirada también implica un cambio en la motivación a la hora de pensar en un recurso de vivienda. Antes, la mayoría de las familias pensaban en ello como una opción cuando no fuera posible que fuera atendido en casa. Ahora, la primera opción que motiva a las personas con discapacidad intelectual a solicitar una vivienda es su deseo de independizarse.

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X Carrera Solidaria Navarra por ANFAS Iban Aguinaga

Recursos flexibles y allí donde se necesiten. Esa es una de las conclusiones que se extraen del estudio, en el que las familias demandan este tipo de viviendas y servicios en la zona y no centralizar la mayor parte de ellas en Pamplona.

De hecho, más de la mitad de las respuestas aportadas son de personas que viven fuera de la capital.