Teresa Burgui, coordinadora de la asociación Aralar, ve con buenos ojos los pasos adelante que se van a dar con el nuevo Reglamento de Juegos y Apuestas de Navarra porque, advierte, a día de hoy “nada ni nadie le impide a un jugador autoprohibido entrar en un salón de juegos y hay que poner un gran escudo para protegerlos a ellos y a los menores. No podemos depender de que un hostelero se encargue de desenchufar las máquinas a la hora del recreo por si va a tener algún problema”.

Exige de igual manera que se tenga la regulación con los menores de edad, que siguen entrando en locales de juego. “Muchos menores cuentan que al entrar a un local nadie les pidió documentación. Es una actividad muy fácil de realizar incluso para un menor o para una persona que esté incluida en el registro de autoprohibidos, que no encuentra impedimento. Eso hay que cambiarlo y ponerse rígido en la legislación como en las comunidades limítrofes”, explica Burgui.

La coordinadora de Aralar recuerda que la acogida en sus proyectos las realizan muchas veces monitores que tienen antecedentes de ludopatía o que han estado inscritos en el registro de autoprohibiciones. “Al ser gente que ha pasado por lo mismo genera confianza, les entienden porque se pueden poner en su piel y comprenden por lo que pasan”. Sobre las recaídas, “faltan datos” para conocer el éxito de las terapias y rehabilitaciones, pero el proceso suele tardar una media de dos años. “No se puede tener prisa en un proceso tan complejo”.

Burgui reconoce que épocas como la Navidad, con estímulos por todos lados y la normalización del juego de Lotería. “Una persona siempre va a ser ludópata, incluso cuando compra un simple boleto lo va a asociar a un juego de azar”. Por último desde Aralar destacan el trabajo que se hace también en los centros escolares, tanto con alumnado, como con las familias y la comunidad educativa. “Ahí se identifican muchas prácticas de riesgo y nos llaman para que hagamos formaciones,. Antes se hacían en Bachillerato y ahora ya en la ESO. Los videojuegos también nos preocupan porque tiene muchas similitudes con el juego de azar y es igual de preocupante la actitud de algunos influencers, que en este tipo de apuestas y juegos curiosamente siempre ganan. Son referentes y trasladan una imagen que no es real”.