“Si me hubiesen atendido a tiempo, quizá ahora no tendría que estar tomando 18 pastillas al día. Y si no llego a estar al pie del cañón para que me atendiesen cuanto antes, no sé hasta que punto mi cuerpo hubiese degenerado”. Es la conclusión a la que ha llegado Kattalin Osés tras 14 años de especialista en especialista.

Esta navarra de 40 años comenzó a sufrir problemas de salud en 2010 y en 2017 fue diagnosticada como paciente crónica pluripatológica. Kattalin padece espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria de los huesos que a su vez le ha provocado otras patologías como la uveítis (inflamación ocular) o la colitis ulcerosa (inflamación del recto y el colon), por lo que lleva siete años siendo paciente habitual de los servicios de Digestivo, Oftalmología y Traumatología. En este tiempo ha perdido la cuenta de todas las quejas que ha puesto, pero asegura que “serán más de 30 fácil”, la mayoría de ellas por las listas de espera.

“El peor momento fue antes del diagnóstico. Yo ya me encontraba mal e iba al médico por diferentes patologías, pero no las relacionaban sino que los especialistas me daban una atención individual para cada cosa. En aquella época puse muchas quejas en base a la Ley de Garantías, que recoge que en un plazo de 4 meses te tienen que derivar al especialista. Pero las demoras se daban de manera sistemática y esto aumentaba mi malestar. Como nunca atendían en esos 4 meses yo ponía quejas, a los 15-20 días me contestaban y a los 15-30 días me daban cita con el especialista”, relata Kattalin.

Fueron muchos meses de espera, con la incertidumbre añadida de que no tenía un diagnóstico sobre lo que le estaba ocurriendo. “Anímicamente pasa mucha factura. Pero estoy segura de que si no estoy al pie del cañón mi cuerpo hubiese degenerado más”, asegura la paciente.

 Finalmente fue diagnosticada de espondilitis anquilosante, lo que al menos hizo que se le atendiese como lo que es: una paciente pluripatológica y no que le tratasen cada enfermedad de manera individualizada. “Yo tengo una enfermedad primaria que me produce patologías asociadas. Al final el sistema tiene un problema porque no une patologías, sino que las trata de manera individual, con los retrasos que llevan, y eso hace difícil un diagnóstico y empeora la evolución de la enfermedad. Si a mí desde el principio me hubiesen atendido en Medicina Interna tal vez no hubiese tenido tanta degeneración ni tantas patologías asociadas y quizá ahora no tendría que estar con 18 pastillas al día”, denuncia Kattalin.