"Solo quería pedir perdón a todos los involucrados. Espero que algún día me puedan perdonar lo que hice". Así ha sido la última palabra manifestada este martes por la mañana por un joven de 25 años, vecino de una localidad navarra, que ha aceptado una condena de 7 años y 15 días de prisión por un delito de abuso sexual continuado cometido sobre su sobrina, cuando esta apenas contaba con 7 años de edad. El procesado no había estado aún en prisión.

La defensa del acusado ha llegado a una conformidad con el Ministerio Fiscal y la acusación particular antes de la vista oral que se iba a celebrar hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra. El procesado ha reconocido los hechos y se le ha aplicado igualmente la atenuante de reparación del daño, después de que depositara 10.000 euros en la cuenta del juzgado. Ahora, tendrá que pagar otros 10.000 euros para reparar el daño moral causado a la niña. Además, se le condena a ocho años de libertad vigilada y a una orden de alejamiento de 300 metros y la prohibición de comunicación con la víctima durante diez años.

Los hechos probados en la resolución exponen que el procesado vivía hace varios años en la casa familiar a donde acudía los fines de semana y veranos la víctima, junto a su padres. El acusado buscaba la cercanía con la niña y aprovechaba que estaban solos para realizarle tocamientos.

Así, cuando la menor estaba en casa de los abuelos, donde vivía el procesado, llegó a ser víctima de abusos (se le condena por el anterior Código Penal, por ello no se le contempla agresión sexual) en el dormitorio, así como en varias ocasiones más, engañando a la niña con el que denominaba juego de la cueva. También abusó de ella otra vez que le pidieron que acabara de ducharla y de secarla.

Como consecuencia de los hechos, la menor ha sufrido una afectación importante y precisa tratamiento psicológico.