La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a dos varones, Patricio M.A., vecino de Miranda de Ebro (Burgos) de 64 años, y Manuel F.A., vecino de Bizkaia de 68 años, con antecedentes por hechos similares, a la pena de 4 años y 3 meses de cárcel a cada uno de ellos por haber atracado a mano armada una entidad bancaria en Sartaguda en febrero de 2019.

De la sucursal se llevaron 7.200 euros en un vehículo que tenía matrícula falsa y que había adquirido uno de ellos recientemente a un particular para cometer el atraco. Ambos deben indemnizar a CaixaBank con la cantidad sustraída. Se les aplicaron las agravantes de disfraz y reincidencia.

El Juzgado de lo Penal 2 de Pamplona condenó, allá por marzo de 2022, a los dos procesados a cinco años de cárcel pero la Audiencia les ha rebajado la pena a 4 años y 3 meses al aplicarles la atenuante de dilaciones indebidas, por los 21 meses que estuvo la causa paralizada sin ningún tipo de actuación judicial hasta que se remitió a la Sala el recurso y los cinco meses más en los que se tardó en dictar sentencia. Es decir, la inacción del juzgado de lo Penal ha beneficiado en este caso a los delincuentes para reducir su pena.

Pasaron cuatro veces por delante de la sucursal

Los hechos probados de la sentencia se produjeron a las 9.30 horas del 28 de febrero de 2019. Ambos procesados acudieron a la localidad de Sartaguda, desplazándose en un Opel Astra de color gris con placas de matrícula que habían sido sustraídas en Pamplona a un Ford Focus. Una vez en la localidad, pasaron unas cuatro veces por delante de la sucursal de CaixaBank, en el número 23 de la carretera de Lodosa.

Poco después, uno de ellos se acercó a la puerta de la sucursal a cara descubierta y se la tapó cuando una empleada de la sucursal, desde su puesto de trabajo, le franqueó la entrada. El acusado portaba un arma corta que exhibió a la empleada al tiempo que le decía “dame el dinero y no me mires a la cara”. Al rato entró a la oficina el otro procesado, con el rostro también cubierto, y rodeó a la empleada con el fin de amedrentar a la misma y conseguir más fácilmente su objetivo de sustraer dinero en efectivo. 

El procesado fue cogiendo el dinero que había en el cajón y que ascendía a 6.000 euros y mientras le apuntaba, le dijo “saca más dinero” y procedió a hacer dos nuevas extracciones de 600 euros, ya que le advirtió al acusado que si sacaba más saltaría la alarma. Le entregó igualmente las monedas que tenía. Ambos acusados abandonaron la sucursal advirtiéndole a la trabajadora que no llamara a la Policía hasta que pasara media hora.

El coche se les averió en plena fuga

Poco después abandonaron el vehículo que usaban que uno de los procesados había comprado un mes antes de cometer el atraco a un particular en Zaragoza. Pagó 800 euros pero no llegó a formalizar la titularidad del vehículo. Antes de la fecha en la que acudieron a Sartaguda, ambos procesados obtuvieron de forma ilícita las placas de matrículas de un Ford Focus en Pamplona y se las colocaron al vehículo Opel Astra con el que cometieron los hechos, con el fin de impedir o dificultar su identificación. 

Tras huir de Sartaguda, accedieron a la autopista AP-68 por el peaje de Lodosa y, aunque se dirigieron en un primer momento hacia Zaragoza, hacia las 9.47 horas pagaron en efectivo en el peaje de Calahorra y cambiaron de dirección hacia Bilbao. A continuación, sustituyeron la matrícula falsa del coche por la genuina y ambos acusados se separaron. En todo caso, el cambio de placas se produjo antes de que el vehículo se averiara a la altura de la localidad riojana de Agoncillo. Mientras el acusado que conducía el coche requería la presencia de una grúa, el otro procesado solicitó un taxi. Ambos habían sido condenados en julio de 2019 por un delito de robo en grado de tentativa. De hecho, cuando la Guardia Civil les investigó, se encontraban en prisión.