El Comité de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo ha adoptado proyectos de medidas para aumentar la tasa de renovaciones y reducir el consumo de energía y las emisiones de efecto invernadero relativas a la propuesta de revisión de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD). De acuerdo con el texto adoptado, todos los edificios nuevos deben ser de cero emisiones a partir de 2028.

Según el documento, los edificios residenciales tendrán que alcanzar al menos la clase de eficiencia energética E para 2030 y D para 2033. Los edificios públicos y no residenciales tendrían que alcanzar las mismas clases para 2027 y 2030 respectivamente (la Comisión propuso F y E). Además, todos los edificios nuevos deberán estar equipados con tecnologías solares para 2028, cuando sea técnicamente adecuado y económicamente factible, mientras que los edificios residenciales que se someten a una renovación importante tendrán hasta 2032 para cumplir con los requisitos.

Para acometer esta transformación, la directiva propuesta –prevista de aprobación a finales de 2023 y principios de 2024– establece una hoja de ruta para que todos los edificios estén en clases más elevadas en 2030, 2040 y 2050. En este sentido, Europa cree necesario acelerar los incentivos a la rehabilitación energética de edificios y plantea también que los criterios de eficiencia para los inmuebles nuevos sean más exigentes, teniendo en cuenta que la inversión en rehabilitación se amortiza rápidamente gracias al ahorro de energía conseguido al mejorar el aislamiento.

La Comisión Europea recuerda, asimismo, que los edificios son responsables del 40% del consumo energético y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Paquete ‘Objetivo 55’

El Consejo Europeo de octubre de 2014 acordó el marco de actuación de la UE en materia de clima y energía hasta 2030. Teniendo en cuenta dicho horizonte temporal, se estableció un ambicioso objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero aplicable al conjunto de la economía. Desde entonces, la UE ha ido revisando y aumentando su nivel de ambición. La última revisión fue en diciembre de 2020 cuando los líderes europeos acordaron incrementar el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a 2030 hasta el, al menos, 55% (respecto a 1990) frente al 40% anterior.

Para alcanzar este nuevo objetivo era necesario revisar la normativa europea de energía y clima. Por ello, el julio de 2021 la Comisión Europea presentó un conjunto de propuestas legislativas, conocido como Paquete “Objetivo 55” o “Fit for 55” (siglas en inglés), encaminadas a revisar y actualizar la legislación de la UE y poner en marcha nuevas iniciativas con el fin de garantizar que las políticas de la UE se ajusten a este nuevo objetivo del -55%. El objetivo de este paquete de propuestas es proporcionar un marco coherente y equilibrado para alcanzar los objetivos climáticos de la UE que garantice una transición equitativa y socialmente justa; mantenga y refuerce la innovación y la competitividad de la industria de la UE, garantizando al mismo tiempo unas condiciones de competencia equitativas con respecto a los operadores económicos de terceros países; y sustente la posición de liderazgo de la UE en la lucha mundial contra el cambio climático.