Xabi Huarte estaba llamado a ser uno de los jugadores del Promesas capacitado para ayudar al primer equipo, pero una lesión del ligamento cruzado a una semana de empezar la competición ha retrasado el proceso. 197 días después, el centrocampista ha vuelto a enfundarse la camiseta de Osasuna en el tramo final de temporada del filial.

¿Cómo está?

–La vuelta ha sido buena, tenía buenas sensaciones. Ya estaba preparado para lo que fuera varias semanas atrás. Me tocó salir relativamente pronto, antes de lo que esperaba. Estaba concentrado y me quedé bien. Estoy contento.

Da la impresión de que la recuperación ha ido sobre ruedas

–Ha ido bien, ha sido buena. Ha sido pautada y bien hecha y creo que sin pensar en pasos, he podido volver esta temporada. Me encontré bien.

Y casi regresa con gol...

–Hubiese sido la guinda. Y si hubiésemos ganado, también. A ver si se da alguna otra oportunidad más.

"Estaba ya con el Promesas. Era el último partido de pretemporada y cuando me lesioné no pensé en nada más. No le di muchas vueltas a lo que podía haber sido. "

¿Qué piensa en el cambio?

–Ya desde que me dicen que voy a viajar y voy convocado. Durante el proceso piensas en tu vuelta, y una vez que estás ahí, con los compañeros, ya estás pensando. En el banquillo estaba muy concentrado, atento a todo y preparado para poder salir en cualquier momento. Y cuando Santi me manda calentar, que es en el inicio de la segunda parte, concentrado en hacerlo bien y preparado para cuando me llamase.

¿Sintió nervios de la primera vez?

–Lo intentaba llevar estando concentrado y no pensaba en más allá que un partido de fútbol, que he jugado muchos, de titular, de suplente... Lo intenté llevar con normalidad, concentrado y haciendo bien las cosas.

¿Cómo ha llevado todo el proceso?

–Me lesioné un viernes y el sábado me dijeron que no tenía buena pinta. Mentalizándome y llevándolo con normalidad porque son cosas que pueden pasar en el fútbol. Hay mucha gente que se ha recuperado y vuelve bien. Llevarlo con normalidad. Desde el principio estuve bien acompañado, no me puedo quejar. 

Justo había hecho la pretemporada con el primer equipo...

–Estaba ya con el Promesas. Era el último partido de pretemporada y cuando me lesioné no pensé en nada más. No le di muchas vueltas a lo que podía haber sido. 

Estamos hablando de una lesión con mucho trabajo en la sombra y en la que uno se puede llegar a sentir sólo

–He estado acompañado de mi familia, amigos, de mi novia... Se agradece mucho. Luego a Jurdan por su implicación todos los días, que me ha estado animando; Iker e Iñaki en Barañáin... el resto de gente, los compañeros... fisios, cuerpo técnico, cualquier persona de Tajonar. Estoy agradecido a todos.

¿Ha estado pendiente también el cuerpo técnico del primer equipo?

–Sí. El día que me operan vino a verme Jagoba. La verdad que fue un detalle muy bonito. Cuando venía a Tajonar venían todos. Me he sentido arropado y con cariño.

¿Sentía que era su momento de dar un paso al frente?

–Sobre todo en el Promesas, después de hacer una muy buena temporada en nuestro primer año en Primera RFEF. Se fue gente importante que dejó el club, otros subieron al primer equipo, y nos quedamos gente que era este nuestro segundo año y sí que sentía que teníamos que sacar esto adelante haciendo equipo.

Uno de esos que han subido al primer equipo y luce el 10 se refiere a usted como ‘capitán’... 

–(Se ríe) Aimar y yo entramos a la vez en Tajonar, cuando éramos dos canijos, y hemos pasado mucho, mucho tiempo juntos. Las familias se hacen amigos. Luego iba subiendo y en el Promesas en Segunda RFEF pudimos coincidir y compartir equipo. Es un lujo jugar con Aimar y estar cerca de él. Coincidía que yo era el capitán y me sigue llamando así, pero ahora tiene a otros también. Te quedas con su amistad, que es gente cercana. Estoy orgulloso y disfruto viéndolo. 

"He aprendido a tener paciencia. Antes no le daba tanta importancia a saber esperar las cosas"

¿Qué es lo que más le ha ayudado?

–Ver que las cosas iban bien, que no había contratiempos. La gente que he tenido encima. Mira, Herrando y Aimar, que además de compañeros son amigos, me hicieron un regalo al principio. Una máquina para la rodilla que me vino increíblemente bien. 

¿Dónde ha dejado las muletas?

–Fíjate que las tenía en el trastero, pero se ha lesionado el hermano del Chimy y le operaron aquí. Salió sin muletas del hospital y se las di yo.

¿Qué es lo que más ha echado de menos?

–El día a día. Siempre se dice y lo había escuchado. Viajar, durante la temporada no te apetece tanto, pero luego desearías estar con tus compañeros.

Que haya tenido compañeros que han pasado por su situación, ¿ayuda a pasar el proceso?

–Sí. Ayuda, compartes experiencias, te dicen cómo lo pasaron ellos. Ayuda que les veas a su máximo nivel. Piensas que si lo ha conseguido mucha gente, tú también puedes hacerlo si haces las cosas bien. 

¿Qué ha aprendido en este tiempo?

–Muchas cosas. Tener paciencia. Tampoco era un chaval que se me fuera la cabeza, pero igual no le daba tanta importancia a saber esperar las cosas y que vaya poco a poco. Y a relacionarme. Antes no me salía, la gente ves que se preocupa por ti y te sale abrirte, ser más amable, que no sé si es la palabra. Ser más cercano, que desde fuera se me puede ver más serio.

¿Por dónde pasa el futuro cercano?

–Pienso en ayudar en todo lo que pueda al equipo a conseguir el objetivo cuanto antes. Pienso partido a partido. Viniendo de donde vengo, no puedo mirar más allá.