bilbao. El abogado Txema Montero cree que ETA no a entregará las armas antes de que el Estado español dé pasos en materia de política penitenciaria, aunque considera que debería hacerlo. Se muestra preocupado por lo que entiende que es el lado oscuro de la situación abierta tras el comunicado en el que la banda anunció el pasado 20 de octubre el cese de su actividad armada.

En una entrevista publicada ayer en Diario de Cádiz, Montero representa el escenario venidero de la siguiente forma: "Lo dejamos... hasta que el pueblo nos lo vuelva a pedir; no las entregamos porque el enemigo es taimado y está siempre al acecho". Sería, a su juicio, el correlato inevitable de una visión "maniquea" de la vida que ni siquiera la propia izquierda abertzale ha superado.

Montero admite que persisten dudas sobre las intenciones de ETA debido a que no anuncian la entrega de su arsenal y porque se reservan para sí una función de garantes políticos, aunque aboga por actuar como si fuera en serio, "es lo más eficaz". De todos modos, identifica algunos peligros que acechan al final de la banda armada que en su opinión serían "los elementos más fanatizados de ETA y la izquierda abertzale, en la medida de que sus expectativas de éxito electoral, político y de mejora en la situación de los presos no se cumplan". También señala a los medios de comunicación exacerbados como un factor de riesgo más del proceso, así como "los sectores políticos más reaccionarios que atizan el duelo de las víctimas".

Sobre la posición de la izquierda abertzale y de la propia ETA en torno a las víctimas, el abogado cree que llegará un posicionamiento de perdón, pero añade que quedará devaluada por su tardanza y su puesta en escena. "Deben y creo que lo harán (pedir perdón), pero están tardando tanto y lo envolverán entre tantas justificaciones que a las víctimas les parecerá insuficiente e impostado", opina Montero.

Interrogado sobre la diferencia entre el frustrado alto el fuego de ETA en 2006 y la situación actual que ha derivado en el anuncio del final de la violencia, Montero sostiene que lo que ha cambiado es "la extrema debilidad" de la organización armada. En este sentido, señala que no tiene capacidad para otra salida que declarar un cese unilateral de su actividad para impedir su derrota sin paliativos, y añade que la izquierda abertzale se encuentra cómoda "sin tutelas militaristas" y está fortalecida electoralmente.

En relación al acercamiento a las cárceles vascas de los miembros de ETA y de la izquierda abertzale ilegalizada, Montero señala que el Gobierno de Zapatero lleva meses acercando reclusos, atendiendo así la petición del PNV y como consecuencia de la propia iniciativa del Ejecutivo español. En todo caso, cree que Madrid "puede legalmente y debe políticamente llevar a las cárceles vascas o de su entorno a todos los presos".