- "Ante la suspensión de las fiestas y demás actos festivos que se suelen celebrar en las localidades, se han sustituido las celebraciones de otros años por botellones". Con esta sentencia comienza el informe de Policía Foral en el que reseñan las intervenciones que han realizado durante los últimos dos meses, un tiempo en el que se han venido celebrando actos que "son una realidad en casi todas las localidades los fines de semana, y en las No Fiestas".

A modo de ejemplo, exponen reuniones en Barañáin, el 23 de junio; en Pamplona -"macrobotellón" de El Vergel y otros- el 6 de julio, mismo día que en Lesaka, así como la noche de San Juan en muchas localidades.

Ante ello, el cuerpo explica que el problema no solo se da en grandes núcleos de población, sino también en "localidades de pocos habitantes", donde "esos días de No Fiestas reciben a jóvenes de localidades colindantes, llenando los locales de hostelería hasta su cierre y posteriormente siguen con su particular fiesta en puntos como plazas, zonas ajardinadas, paseos, etc."

Por toda esa dispersión, el documento explica que "desde el punto de vista policial, es imposible tener despliegues y dispositivos suficientes en todos los lugares propicios, cuando además se requiere presencia en los puntos del centro de las localidades para garantizar el cumplimiento de las normas y evitar aglomeraciones".

Además, cuando se ha intervenido en alguno de estos botellones, los agentes han apreciado "un número de participantes que superan los cincuenta, y en algunos casos cientos" de personas que, "influenciados por el alcohol y en algunos casos con consumo de estupefacientes", tienen "una gran hostilidad ante la presencia policial, no deponen su actitud y provocan", por lo que "son necesarios un número de agentes que en ese momento y contexto no es posible reunir", además de que algunos puntos son "lugares de riesgo como riberas de ríos, zonas amuralladas o el monte", donde una intervención "puede implicar riesgos graves para esos jóvenes".