"Me dormí pensando en hacer algo y desperté organizando el viaje"
Al estallar la guerra en Ucrania, Iñaki Arrieta, de 36 años, no dejaba de pensar en cómo podía ayudar. El vecino de Pamplona estuvo dos semanas fuera por trabajo y al volver comenzó a prepararlo todo. "Era un sábado y no paraba de ver en la televisión lo que estaba sucediendo. Me dormí pensando en qué podía hacer y al despertar cogí papel y bolígrafo y empece a hacer un esquema con maneras de rentabilizar al máximo la ayuda que podía aportar", relata Arrieta.
Tras decidir que iba a viajar a Polonia a llevar comida y a traer a ucranianos que quisieran venir, empezó a contactar con asociaciones de ayuda humanitaria. "Pensé en alquilar furgonetas pero eran demasiado caras y no entraba mucha gente. La mejor opción era un autobús". Pero encontrar ese vehículo no fue fácil. "Fue complicado, las compañías era reacias a alquilármelo para ir hasta allá", explica, "una me dijo que sí pero a pocos días de salir me dejó tirado", añade.
Cuando por fin encontró el autobús, contactó con la Asociación Segunda Familia, quienes le entregaron comida y todo tipo de bienes de primera necesidad y el permiso de ayuda humanitaria para viaja a Polonia. "Cuando conté que me iba a Polonia a ayudar, me decían que estaba loco. Ha habido gente que quería ayudar desinteresadamente, pero también quienes se desentendían del asunto", cuenta Arrieta.-
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