omingo Malaxetxebarria nació en Gizaburuaga en 1892. Emigró a los Estados Unidos y, siendo apenas un adolescente, comenzó a trabajar como pastor en Paradise Valley, Nevada. Pero la suya no fue una historia de éxito. Tras cuarenta años de trabajo, Domingo, de 58 años, que en 1952 se hacía llamar Echeverria, era un paciente indigente en el hospital del condado de Humboldt en Winnemucca (Nevada).

La mañana del domingo 23 de septiembre de 1951, entró en el baño alrededor de las 9. Cerró la puerta y, después de aproximadamente una hora, otros pacientes comenzaron a quejarse porque ese era el único baño del complejo hospitalario. Elizabeth Catlett, enfermera de 60 años, envió a un asistente para que lo sacara. Echeverría se irritó y, cuando el asistente abrió la puerta, se abalanzó sobre él con un tubo de metal que había desatornillado del lavamanos. El camillero salió corriendo y regresó con ayuda 20 segundos después pero en ese breve lapso de tiempo, Catlett recibió dos fuertes golpes, uno en la frente y otro encima del ojo derecho. Además, Tommy Robinson, un paciente de 78 años, que estaba sentado indefenso en una silla, fue asesinado a golpes. El fiscal de distrito dijo que el cráneo del anciano "estaba aplastado como una cáscara de huevo". Luego, Echeverria se escondió en una habitación contigua hasta que el Dr. Kurt M. Hartoch, agarró una silla y con ayuda del carnicero Pete Pedroli y dos asistentes del hospital, sometieron a Domingo. Los agentes del sheriff del condado de Humboldt lo detuvieron unos minutos después. No ofreció resistencia.

Camino a la cárcel, se mostró extremadamente arrepentido y pidió una pistola para suicidarse. Pero no era la primera vez que actuaba de esa manera. Los registros policiales mostraron que Domingo había sido internado en la prisión estatal en 1947 por agresión. Durante un altercado en el hotel Martin de Winnemucca el 9 de julio de ese año, había atestado un fuerte golpe en la cabeza a Claudio Iturriaga con una pesada jarra de agua, provocándole una fractura de cráneo y discapacidad del habla. Iturriaga fue intervenido en el hospital general el condado de Humboldt y posteriormente en San Francisco. A su regresó de California, cuando Echeverría había sido sentenciado por asalto, su empleado del ferrocarril local hizo que presentara demanda por daños y perjuicios. El 7 de agosto, Domingo, "un pastor jubilado", fue sentenciado a cumplir de uno a dos años de cárcel en la prisión del estado. El 8 de octubre de 1947 el juez dictaminó, además, que debía pagar $5.000 a Iturriaga en concepto de indemnización.

El fiscal de distrito James Callahan presentó cargos por asesinato en primer grado contra Echeverria y la audiencia preliminar se llevó a cabo el lunes 24 de septiembre a la 1:30 de la tarde presidida por el juez Jack H. Heward. La denuncia fue firmada por el alguacil Delbert Moore.

En la vista del martes 6 de noviembre, la defensa trató de demostrar que Echeverria no era consciente de lo que estaba haciendo en el momento de los asesinatos. Pero, el propio Echeverria subió al estrado durante media hora y, a través de un intérprete, admitió haber golpeado a la Sra. Catlett "un par de veces en la cabeza" con un tubo. Echeverria declaró que tenía tres razones para atacar a la Sra. Catlett; según él, le abría la ventana contigua a su cama cuando él la quería cerrada, siempre le estaba molestando y, no le daba las pastillas recetadas por el Dr. Hortoch. Al ser interrogado por el fiscal Callahan, dijo que solo había tenido la intención de asustar a la enfermera. Sin embargo, a pesar de las repetidas preguntas del fiscal de distrito, en ningún momento admitió haber golpeado al Sr. Robinson. Un testigo, Olive Doyle, superintendente del hospital, afirmó que Domingo era un "paciente antipático".

El jurado solo tardó 40 minutos en decidir que Echeverria era culpable de asesinato en primer grado. Y el juez Merwyn Brown fijó la pena de muerte en la cámara de gas para el sábado 29 de septiembre, a las 10 de la mañana. Domingo fue trasladado a la prisión de Carson City. En el corredor de la muerte se encontraba Clayton O. Fouquette, asesino convicto, esperando sentencia.

Domingo pidió clemencia, pero el fiscal de distrito James A. Callahan recomendó a la junta que no le concediera el perdón. Menos de 36 horas antes de la ejecución, el juez de la Corte Suprema de Nevada, Milton Badt, ordenó la suspensión de la ejecución después de que el abogado de Echevarria, Donald Leighton, iniciara un proceso de apelación. En el caso Estado Vs. Echeverria, el recurso fue denegado. La corte suprema de Nevada dictaminó que "el día 23 de septiembre de 1951, [el reo] mató y asesinó a Elizabeth Catlett, intencional e ilegalmente y con premeditación". El tribunal confirmó la pena de muerte y ordenó al tribunal de distrito de Winnemucca que fijara una nueva fecha "para la ejecución del antiguo pastor vasco" entre el 20 y el 26 de enero de 1952.

Pero el abogado presentó una segunda apelación el día 21 de enero de 1952. Leighton esgrimió que no había tenido tiempo para preparar la defensa, ya que las consultas se realizaron a través de un intérprete y, como resultado. El abogado refirió que la causa del crimen era sumamente compleja y difícil de entender para cualquiera que no fuera un experto en psiquiatría. De hecho, el abogado del apelante afirmó que "el apelante es un vasco español sin un centavo, incapaz de entender inglés, hablado o escrito, e incapaz de hablar inglés excepto términos y expresiones conversacionales básicos. No tiene medios para contratar a su propio abogado y está representado por un abogado designado por el tribunal. Es acusado fue condenado por haber perpetrado un crimen horrible que, por su atrocidad, llenó de pasión a la comunidad y, a pesar de ello, el juicio se celebró en la localidad donde se había cometió el crimen".

Pero el tribunal dictaminó que no había error en el expediente y, por tanto, confirmó la pena de muerte y ordenó al tribunal de distrito que dictase la orden para que el director de la prisión estatal ejecutase la sentencia. Así se convirtió en la vigesimoquinta persona en ser ejecutada con gas en Nevada. Era asimismo el segundo reo ejecutado en la nueva cámara de gas, inaugurada por el estado de Nevada durante la ejecución de Gregorio Arellano dos años antes.

Los funcionarios de la prisión afirmaron que Domingo se comportó apaciblemente. Pasó la noche anterior a la ejecución solo en su celda.

El 13 de abril de 1952, poco antes de ser llevado a la cámara de gas, oró brevemente con dos sacerdotes católicos. Un vasco estuvo presente en la ejecución, John Etchemendy, propietario del Overland Hotel en Gardnerville. Según la penitenciaría del estado de Nevada, Domingo ingresó en la cámara de gas a las 6:00 AM. Lo ataron a la silla de metal verde a las 6:02 y la puerta se cerró a las 6:04. Se inyectó el gas de cianuro de hidrógeno en la cámara a las 6:08 y un minuto después estaba inconsciente. A las 6:11 dejó de respirar y su corazón se detuvo a las 6:20. El extractor se encendió a las 6:25 y a las 6:51 su cuerpo fue sacado de la cámara y su muerte certificada por el Dr. Richard Petty, médico de la prisión. Warden Bernard declaró a la prensa que "la cámara de gas funcionó a la perfección".

Todo esto sucedió hace 70 años.l

Natural de Gizaburuaga, Domingo se convirtió en la vigesimoquinta persona en ser ejecutada con gas

en el estado de Nevada