En una iniciativa conjunta del Ayuntamiento de Tiebas y la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA-36), este sábado colocaron un tropezón en el 89 aniversario del fusilamiento de Rufino Azcárate Izurriaga, natural de Olite pero residente en Tiebas.

El proyecto Tropezones, emprendido por la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra (AFFNA-36), cumplió en junio diez años. Comenzamos en la Calle de la Merced de Pamplona y hoy, en colaboración con familiares y de algunos Ayuntamientos, son 250 los colocados en Pamplona, Sangüesa, Obanos, Puente la Reina, Oronoz-Mugaire, Larraga, Mues, Burlada, Villava/Atarrabia, Castejón, Mélida...

La iniciativa de colocar los “Tropezones” es popular; son las familias, las vecinas y vecinos, los ayuntamientos... quienes lo hacen posible. AFFNA-36 se compromete a su difusión, apoyo técnico y coordinación de las propuestas de colocación de Tropezones a lo largo de la geografía navarra. Así ha sido en el caso del que se ha instalado en el pueblo de Tiebas.

La vida de Rufino Azcárate

Rufino Azcárate Izurriaga, nacido en Olite en 1891, trabajaba como guardabarreras en el paso a nivel ferroviario de Biurrun y residía en Tiebas-Campanas, en la casa de la Herrería, junto a la actual Carretera Nacional 121.

Estaba casado con Argimira Echalecu y tenía dos hijos. Ferroviario y miembro de la UGT, quedó significado por su participación en actos políticos como un mitin celebrado desde el balcón de su casa en Olite, en el que intervinieron, entre otros Tiburcio Osácar y Julia Álvarez. Tras el golpe militar de 1936, según cuentan “lo vinieron a buscar desde Olite”, posiblemente una partida de carlistas y falangistas que, por ejemplo, en la cercana localidad de Enériz también acabaron con el alcalde olitense Carlos Escudero Cerdán y lo dejaron allí semienterrado. Rufino Azcárate fue asesinado el 16 de agosto en la casilla de El Juncal, en el término de Muruarte de Reta.

El acto

En el acto participaron Elena Arana Azcárate (nieta del homenajeado), un representante del Ayuntamiento de Tiebas y Roldán Jimeno, escritor, historiador y vecino de Tiebas. Para Jimeno fue un acto especial. “Además de ser algo especial para el pueblo y para la familia del homenajeado, también lo es para mi porque la primera persona que comenzó a investigar sobre Rufino fue mi padre”, señaló. “El acto fue muy bonito, yo que soy vecino de Tiebas me enorgullece ver que los vecinos del pueblo están unidos y recuerdan su historia”, añadió. “Es una forma de sanar una vieja herida para el pueblo y para la familia, le hecho de hacerlo en la Casa de la Herrería, como la conocemos en el pueblo, donde Rufino y su familia vivían, y que aún siga siendo la casa de la familia Azcárate, dice mucho de lo cercana que es la gente aquí. Es un reencuentro entre las familias”, concluyó.