estambul - La directora de la CIA, Gina Haspel, escuchó una grabación de audio del asesinato de Jamal Khashoggi durante su visita a Turquía esta semana, según confirmó ayer la agencia Reuters y ya había adelantado The Whasington Post, periódico para el que trabajaba como columnista el periodista saudí. Previamente, fuentes oficiales turcas habían señalado que las autoridades tienen un audio que documenta el asesinato de Jashogi.

Haspel es el primer alto cargo extranjero que habría podido escuchar la grabación de los hechos ocurridos en el consulado saudí en Estambul el pasado 2 de octubre. Por su parte, los legisladores estadounidenses que están presionando al presidente Donald Trump para que sancione a Arabia Saudí podrían pedir que la directora comparezca en el Congreso para dar cuenta de sus averiguaciones.

Tras dos semanas negando los hechos, el pasado 19 de octubre Arabia Saudí reconoció que Khashoggi había muerto en el interior del consulado en una operación llevada a cabo por un grupo de 15 agentes, cuyo cometido era inicialmente llevar de vuelta al periodista al reino. Según la explicación oficial, se produjo una pelea con el periodista, que comenzó a chillar pidiendo ayuda, y fue asfixiado.

investigación propia Por su parte, la Fiscalía saudí confirmó ayer la afirmación del martes del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien dijo que se trató de un asesinato “premeditado”, así como “salvaje”. Asimismo, aseguró que Turquía hará todo lo necesario para llegar hasta el fondo del caso, y pidió al rey saudí que permita que tanto los autores como los instigadores del asesinato sean juzgados en Turquía.

El fiscal general saudí, Saud al Moyeb, aseguró en un comunicado que el organismo que dirige prosigue sus “propias investigaciones” con los 18 acusados “con el fin de alcanzar la verdad y la justicia”. Este reconocimiento es una nueva concesión de Arabia Saudí al relato de los hechos ofrecido desde Ankara, el cual solo ha aceptado Riad a medida que la presión internacional ha ido creciendo, ya que afirmó que el periodista fue envuelto en una alfombra y entregado a un “contratista local” para que se deshiciera de él. - E.P./Efe