brasilia - Dios va a guiar al nuevo presidente de Brasil. O al menos eso sostiene Jair Bolsonaro, “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”, con el versículo 8:32 del evangelio de Juan el presidente electo abrió su “discurso de la victoria” y, con la Biblia sobre la mesa, le hizo una promesa a Dios: que respetará la Constitución y la democracia. Y con la Biblia sobre la mesa aplicará su plan económico: liberalismo, privatizaciones y más ajustes. Un programa que deja claramente a América Latina inclinada a la derecha por el peso y la influencia de Brasil en Sudamérica, de la que representa prácticamente la mitad tanto en población y territorio como en PIB.

Bolsonaro prometió “romper paradigmas” y el mismo domingo en el que se conoció su triunfo en las elecciones presidenciales dejó de lado el guión que durante décadas ha acompañado a los presidentes electos de Brasil y se dirigió a los brasileños a través de Facebook. En la mesa de su casa, desde donde leyó su primer discurso, Bolsonaro colocó sus libros de cabecera -Memorias de la Segunda Guerra Mundial, del ex primer ministro británico Winston Churchill, la Constitución y un ejemplar de la Biblia- y prometió cambiar el rumbo de Brasil.

Tras finalizar su pronunciamiento en las redes sociales, se levantó y, antes de leer el segundo “discurso de la victoria”, participó en una oración ante las cámaras de televisión y rodeado de sus correligionarios. Con los ojos cerrados, la cabeza baja y las manos dadas, Bolsonaro, junto a su esposa, escuchó la oración del senador y pastor evangélico Magno Malta, ante la expectativa de millones de brasileños que celebraban su triunfo. El hasta ahora diputado venció las elecciones con un 55% de los votos frente al 44% del progresista Fernando Haddad, sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Tras concluir la oración, Bolsonaro leyó su discurso, agradeció la misión “dada por Dios” y recurrió al evangelio de Juan, el cual ha repetido a lo largo de su campaña presidencial: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Les hago a ustedes mis testigos de que ese Gobierno será un defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. Eso no es la promesa de un partido. No es la promesa de un hombre. Es un juramento a Dios”, sentenció el presidente electo, que recibió el importante respaldo de los grupos evangélicos.

Bajo el lema “Brasil encima de todo y Dios encima de todos”, Bolsonaro ha levantado la Biblia como bandera durante la campaña y se ha aproximado a los sectores más conservadores, con una firme defensa de la “familia tradicional” y los “valores cristianos”. Y bajo esta bandera y sintiéndose un enviado divino, pretende aplicar la receta más ortodoxa del liberalismo con un plan basado en privatizaciones, descentralización y más ajuste fiscal, pero sobre el que aún sobrevuelan varios interrogantes. Uno de sus principales pilares será profundizar en las privatizaciones de empresas estatales, un camino que ya comenzó a explorar el aún gobernante, Michel Temer, con la idea de relanzar a la debilitada economía del país. Otra fórmula para revertir el déficit fiscal serán los ajustes y las reformas, entre ellas la del sistema de pensiones, sobre el que no ha dado muchos detalles. “La primera cosa es hacer un ajuste en nuestra economía y la reforma de las jubilaciones es fundamental para dar un paso” en esa dirección, aseguró el vicepresidente electo, el general retirado Hamilton Mourao.

Además de concretar medidas, el presidente electo al que solo le son afines 52 de los 513 diputados, debe elegir a los miembros de su gabinete, que anunciará a fin de noviembre y que incluirá varios militares. Mientras comienza a planificar su agenda internacional. El diputado Onyx Lorenzoni, quien se perfila como futuro ministro de la Presidencia, cargo desde el que se controlan todos los resortes en el Gobierno, actuó como una suerte de portavoz de Bolsonaro y dijo a los periodistas que el presidente electo ya prepara una agenda que incluirá en primer lugar un viaje a Chile, donde será recibido por el mandatario Sebastián Piñera. Lorenzoni adelantó que otro destino en la agenda de Bolsonaro será, como era previsible, EEUU para entrevistarse con el mandatario Donald Trump, por quien profesa una “gran admiración”. - D.N.

El Pt pide hacer un frente antifascista

Apoyos. El Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil durante 13 años con Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff amaneció ayer conmocionado pero preparado para liderar la oposición. “Es nuestra obligación constituir una oposición rigurosa capaz de hacer frente a esta tarea”, dijo el diputado del PT Paulo Pimenta. El objetivo del partido, aclaró, será “dialogar” con diversos sectores para “luchar en defensa de la democracia” y “organizar un frente contra el fascismo”, dijo en referencia al laborista Ciro Gomes, que quedó tercero en la primera vuelta de las elecciones del pasado día 7, y que ayer calificó de “neonazi” a Bolsonaro y prometió oposición.