viena - Naciones Unidas pidió ayer acabar con la impunidad en la trata de personas, una esclavitud usada cada vez más por grupos armados en zonas en conflicto para financiarse y atraer a reclutas con la promesa de explotar a mujeres como esclavas sexuales. El Informe Global sobre Trata de Personas, que fue presentado en Viena y analiza unos 24.000 casos documentados en 2016 en 142 países, señala que la explotación sexual es, con el 59%, el destino más frecuente de esta “esclavitud del siglo XXI”, seguido por el trabajo forzado, con un 34%. Pero esta cifra es solo “la punta del iceberg”, debido a que muchas víctimas no son detectadas, y el número de personas afectadas podría situarse “en los millones”, según el director de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yuri Fedotov.

Mientras que los hombres conforman el mayor grupo en los casos de trabajos forzados, el estudio detalla que el 70% de las víctimas globales de trata son niñas, chicas y mujeres. Expone que es un crimen que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente. Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas o en la minería y la agricultura o son explotadas en la mendicidad infantil o sometidas a matrimonios forzosos. “La impunidad es el mayor problema”, aseguró Angela Me, responsable del informe.

Además, existe un tercer tipo de crimen a escala global, la extracción de órganos, sobre todo en Oriente Medio y el norte de África, ya que en los pasados 13 años se han detectado 700 casos. Según la ONUDD, es este crimen el que más beneficios genera para las redes criminales -solo por detrás del narcotráfico y el tráfico ilegal de armas-, que mueven decenas miles de millones de dólares.

La mayor parte de los casos son detectados en los países de origen de las víctimas, aunque existe un patrón universal en el que las víctimas se desplazan desde regiones más pobres a otras más ricas. Las redes criminales se benefician de la situación de vulnerabilidad, lo que se agudiza en las zonas de conflicto debido al desmoronamiento del Estado, el desplazamiento de la población y la necesidad de bienes básicos.

forma de sometimiento En zonas de conflicto en África subsahariana y Oriente Medio, grupos armados convierten a niñas y mujeres en esclavas sexuales para impulsar el reclutamiento y recompensar a sus combatientes, así como para infundir terror entre la población y facilitar así su sometimiento, sostiene el informe.

La ONUDD no ofrece datos sobre el número de víctimas totales en zonas de guerra, pero afirma que milicias y grupos criminales han tratado de explotar a la población desplazada por los conflictos de Siria, Irak y Afganistán, así como la minoría rohinyá en Birmania. El documento añade que la mitad de los combatientes del grupo yihadista somalí Al Shabab es menor de edad, así como que grupos armados utilizan mano de obra esclava como porteadores o para explotar recursos naturales.

La ONUDD advierte de que el número de víctimas documentadas a escala global ha aumentado, lo que puede deberse a que los países tienen más medios para detectarlas, ya que en 2009 solo 26 países contaban con instituciones que recopilaban datos sobre trata, y ahora son ya 65.