Caracas - El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó ayer unas maniobras militares con las que mostró su confianza en los soldados, mientras que la oposición recorría los cuarteles militares y de la Policía para entregarle a los uniformados del país el texto de una ley de amnistían con la que pretenden que no lo acate. Al mismo tiempo, el asesor de seguridad nacional de EE.UU., John Bolton, advirtió de que la Casa Blanca adoptará una “respuesta significativa” si percibe “violencia e intimidación” contra la oposición venezolana o el personal diplomático estadounidense en Caracas. “Cualquier (acto de) violencia e intimidación contra el personal diplomático estadounidense, el líder democrático de Venezuela, Juan Guaidó (sic), o la Asamblea Nacional representaría un grave asalto a la legalidad y estará seguido de una respuesta significativa”, dijo Bolton en su cuenta de Twitter.

Tras acabar las maniobras en el Fuerte Paramacay, ubicado en la localidad de Naguanagua del céntrico estado de Carabobo, Nicolás Maduro se acercó a los militares que habían participado en los ejercicios y aseguró que los opositores “quieren que la fuerza armada se convierta en golpista”. “¿Ustedes son golpistas?”, les preguntó, a lo que los soldados reunidos le respondieron con un sonoro “no, presidente”.

A continuación, les preguntó si eran constitucionalistas y antiimperialistas y respondieron de nuevo a coro que sí lo son. Tras escuchar sus respuestas, Maduro les gritó “traidores nunca, leales siempre”, eslogan que ha acuñado recientemente y que repite con frecuencia.

Por su parte, Guaidó, dio “una orden” a los militares para que no disparen ni repriman a los ciudadanos que se manifiestan en las calles para exigir el fin de la crisis en el país. “Hoy te doy una orden: no dispares al pueblo de Venezuela, a los que de manera clara, constitucional han salido a defender a tu familia, a tu pueblo, a tu trabajo, a tu sustento. Hoy, soldado de Venezuela, te doy una orden: no reprimas manifestaciones pacíficas”, dijo Guaidó tras ir a misa en la iglesia de San José en Chacao, en el este de Caracas.

Subrayó que la oposición ha querido “tenderle la mano” a militares y policías al iniciar una campaña para hacerles llegar el texto de una ley que aprobó recientemente el Parlamento y que busca que los funcionarios desconozcan como gobernante a Nicolás Maduro.

Además, informó de que el vicepresidente de la cámara, Édgar Zambrano, está “organizando una reunión con víctimas y familiares” y señaló que, pese a esa ley, “no va a quedar impune el asesinato de tantos jóvenes venezolanos”.

“La amnistía es para generar gobernabilidad y avanzar”, recalcó Guaidó, si bien subrayó que no servirá para que las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) “asesinen jóvenes”. Asimismo, pidió a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que “vea el carácter de las manifestaciones”, así como lo que está sucediendo con los “jóvenes asesinados en Venezuela”.

“A pesar de eso, vieron cómo vecinos y amigos se acercaron a los puestos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar), de policías,y les decían claramente: ‘sabemos que reciben ordenes, pero esperamos por ti’”, indicó Guaidó.

En este sentido, envió de nuevo un mensaje a los soldados de Venezuela a quienes afirmó que les siguen esperando a ellos y al “compromiso que tienen con la Constitución”.

El documento repartido por la oposición, que Efe pudo constatar, fue entregado en varios destacamentos de Caracas, y que en algunos casos los militares lo destruyeron.

Sin embargo y tras su visita al cuartel militar Paramacay, Maduro aseguró que se iba “cargado de energía” y con confianza “plena” “en el ejército bolivariano”. Poco antes, les había dicho a los militares que ellos conforman “la fuerza armada chavista” y les recordó que fue Chávez fue “el que refundó este ejército”. - Efe