ROMA. El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, advirtió este sábado a los barcos Open Arms, de la homónima ONG española, y Alan Kurdi, de la alemana Sea-Eye, que se dirigen al Mediterráneo Central, de las consecuencias, como multas, incautaciones y arrestos, que conlleva desobedecer a las autoridades.

"Hay otros barcos de dos ONG, una alemana y una española, que están navegando hacia el Mediterráneo. ONG avisadas, ONG medio salvadas. Multas, incautación de la embarcación, prohibición de ingreso en aguas territoriales y en caso de desobediencia, el arresto", señaló Salvini en uno de sus habituales directos en Facebook.

El ministro italiano, defensor de la mano dura contra las organizaciones humanitarias que salvan migrantes en el Mediterráneo, lanzó su amenaza a las ONG.

"El Open Arms y el Alan Kurdi parece que se están acercando a Libia. Creo que ya habéis entendido como funciona Italia, donde finalmente hay un Gobierno que hace que se respeten las leyes. Y ya no nos toman por tontos", agregó.

Salvini ya había celebrado la detención anoche de la capitana del barco de la ONG Sea Watch, Carola Rackete, que entró en el puerto de la isla italiana de Lampedusa sin autorización para que pudieran desembarcar los 40 migrantes que desde 17 días se encontraban a bordo.

La capitana fue arrestada posteriormente y conducida al cuartel de la pequeña isla por los delitos de resistencia y violencia contra buque de guerra contemplados en el código de navegación, que conllevan penas de hasta 10 años de prisión.

Además, con la aplicación del decreto recientemente aprobado por el Gobierno italiano que prohíbe entrar en aguas territoriales sin autorización, el barco será incautado y se le impondrá una sanción de 20.000 euros que aumentará a 50.000 si no se paga en los plazos establecidos, informaron fuentes de Interior.

El fundador de la ONG española, Oscar Camps, aseguró hoy a Efe que no teme las consecuencias. "De la cárcel se sale, del fondo del mar no", dijo.

Camps habló telefónicamente con Efe mientras se dirigía a la isla italiana de Sicilia para embarcar en el Open Arms, asumir toda la responsabilidad y proteger al capitán en el caso de que ocurra lo sucedido en Italia con la capitana del Sea Watch.