Hong Kong - Pese a las fuertes lluvias y una abrumadora presencia policial, decenas de miles de hongkoneses regresaron ayer a las calles para protestar desafiantes contra la decisión del Ejecutivo de aprobar una controvertida ley que prohibe el uso de máscaras en las manifestaciones.

Los hongkoneses volvieron a ponerse sus máscaras por tercera noche consecutiva en oposición a la decisión de la Jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, de invocar una ordenanza de la época británica para aprobar esta ley, que según Lam, busca identificar a los manifestantes violentos para así sofocar las protestas que se suceden en la ciudad desde hace cuatro meses.

A primera hora de la tarde, poco después de que comenzaran dos manifestaciones no autorizadas, el caos volvió apoderarse de la ciudad cuando los más radicales optaron de nuevo por vandalizar bancos chinos, prender hogueras y lanzar cócteles molotov. El número de asistentes fue significativamente mayor que en la noche del sábado y se reunieron en torno a dos marchas.

Los manifestantes volvieron a retar al Gobierno con sus máscaras, pese al riesgo de ser sentenciados con penas de hasta un año de cárcel y a una multa de 25.000 dólares hongkoneses (3.188 dólares). “Yo antes apoyaba al Gobierno y a la Policía. Pero me he dado cuenta de que su gestión ha sido pésima, y que la Policía se ha excedido en el uso de la fuerza. Lam ha invocado esta ley de emergencia que sólo ha conseguido echar más gasolina al fuego”, comentó a Efe una mujer de 34 años que se identificó como Suen.

Entre la multitud se encontraba el abogado Alan Leong, presidente del Partido Cívico pro democrático, quien aseguró que “la ley anti-máscaras ha asestado un golpe fatal al Estado de Derecho en Hong Kong”. Cubriendo su rostro con una careta, Leong, abogado de 61 años y exmiembro del Consejo Legislativo, agregó que la aprobación de la medida supone una violación del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por sus siglas en inglés).

Arrestados Las marchas transcurrieron ante la atenta mirada de las fuerzas de seguridad: alrededor de 15.000 unidades de antidisturbios aguardaban en la estación de metro de Wan Chai, cerca de Causeway Bay, hasta que entrada la tarde hicieron acto de presencia arrestando a un número indeterminado de personas. Los antidisturbios volvieron a recurrir a los cada vez más habituales disparos al aire, a las pelotas de goma, al gas lacrimógeno y al gas pimienta para dispersar a las multitudes.

El Tribunal Superior de Hong Kong examinó ayer un caso propuesto por más de 20 legisladores pro democráticos que habían pedido una revisión judicial de la ley antimáscaras alegando que la media es anticonstitucional.