- Corresponsal desde Nueva York, Amaia Uribe se encuentra en Washington ante una jornada informativamente importante.

La ciudad está militarizada.

-Casi es como si estuviéramos en una película. Gente que vive cerca del Capitolio decía que esto no lo habían visto nunca, que parece que estamos en otro país ocupado por militares. Es increíble, en cada esquina hay un control de seguridad. Los guardia nacionales, que normalmente no suelen llevar armas, esta vez el Pentágono les ha dado armas por el nivel de alerta existente. En total va a haber aquí 25.000 guardias nacionales y eso es 5 veces más que las tropas que hay en estos momentos en Irak y en Afganistán juntos, en una ciudad como Washington, que no es muy grande.

¿Este panorama genera una reflexión en la opinión pública o va por barrios?

-Ya estaba decidido desde que supimos que Biden iba a ser presidente que la ceremonia de investidura fuera con muchos menos invitados. El cierre del National Mall lo han decidido más tarde. En la investidura de Obama hubo un millón de personas en la calle, y querían evitar eso a toda costa. Se está hablando mucho de si Biden tendría que jurar el cargo al aire libre estando las cosas tan tensas, y Biden ha dicho que él quiere mandar un mensaje de fortaleza, de resiliencia de la democracia estadounidense y que por eso va jurar el cargo al aire libre como manda la tradición, pero tradición es lo que no vamos a ver, porque va a haber muy poquitos invitados y los periodistas extranjeros no nos dejarán entrar dentro. Esta vez nos tenemos que quedar fuera.

¿Cómo se vive allí la edad de Biden y la proyección de Harris?

-Una de las cosas que me llamó la atención es que la gente suele seguir trabajando hasta muy tarde. Ves a gente muy vieja trabajando por ejemplo en museos y supermercados. Y eso es algo que ellos lo tienen totalmente asimilado. Sí que Biden ha dicho que él va a ser un presidente de transición, que solamente va a estar durante un mandato, y que se presentaba para echar a Trump de la Casa Blanca e iniciar un nuevo rumbo con los demócratas en el poder. También se dice que Kamala Harris va a tener muchísimo poder, que va a ser una de las vicepresidencias con mayor poder en los últimos años y que Biden le va a dejar tomar muchas decisiones, porque quieren que ella siga el camino. Todavía faltan cuatro años, pero se dice que será la siguiente candidata del Partido Demócrata, así que las miradas también van a estar puestas en Kamala, a ver qué estilo va a tomar.

Ingredientes nuevos para una situación ya de por sí excepcional...

-Claro, tenemos a la primera mujer vicepresidenta, al primer segundo caballero, porque aquí los consortes y parejas de los presidentes y vicepresidentes tienen su propia agenda, y es insólito que haya una mujer vicepresidenta y también tener a un segundo caballero. Parece que ahí también vamos rompiendo moldes, aunque todavía no hemos tenido la primera mujer presidenta.

¿Ha proseguido el debate surgido en torno a la libertad de expresión?

-Las opiniones están muy divididas. Los seguidores de Trump ya tenían su discurso contra los medios de comunicación y las empresas tecnológicas, y ahora todavía están hablando más de eso. Dicen que les quieren silenciar, y que no lo van a conseguir. Entre los demócratas, que no se puede permitir a una persona decir y hacer todo lo que quiere. Desde luego, Donald Trump se ha quedado sin su altavoz y por eso estos días ha tenido tan poca presencia, porque aparte de estar recluido en la Casa Blanca, está totalmente desaparecido, callado y silenciado. Creo que no pensaba despedirse así de sus seguidores, porque no tiene forma de decirles nada, porque todo lo hacía a través de Twitter. Eso ha sido un golpe tremendo.

¿Cuál es el futuro de Trump y del trumpismo?

-Dependerá del impeachment. Para Trump esto es el fracaso de su vida, él es una persona que dice públicamente que no sabe perder. Ha estado acostumbrado a hacer todo lo que ha querido. Ha tenido poder y dinero y esto para su orgullo ha sido un golpe tremendo. Por eso no ha aceptado que ha perdido las elecciones, porque él no sabe perder, no está preparado para perder. Luego la pelota está en el tejado del Partido Republicano, que ahora tiene un dilema. Tiene que decidir a ver si se quiere deshacer para iniciar un nuevo rumbo. El impeachment va a ser después de que Trump haya salido de la Casa Blanca, pero los demócratas van a intentar inhabilitarle para siempre. Estamos muy pendientes de lo que haga el Partido Republicano. Pero el partido sin el trumpismo no puede ganar. Si dan la espalda a los seguidores de Trump saben que no ganarán en las siguientes elecciones. Tienen una decisión complicada. También se decía que el hijo Don junior se estaba preparando para presentarse en un futuro, e incluso Ivanka, que les encanta a los seguidores de Trump.

"Para el orgullo de Trump esto ha sido un golpe tremendo, por eso no ha aceptado su derrota, porque él no sabe perder”