Toda la comunidad internacional tiene sus ojos puestos en Vladímir Putin. En la madrugada de este jueves, el presidente ruso anunciaba una operación militar en el este de Ucrania con bombardeos en diferentes ciudades, entre ellas la capital Kiev. Putin advirtió además que nadie se atreviera a enfrentarse Rusia, bajo amenaza de un ataque nuclear. Una advertencia muy propia de la compleja personalidad de este exespía sovietico.

Nacido en Leningrado (actual San Petesburgo) hace 69 años, el abogado, exagente del KGB y político Vladímir Vladímirovich Putin lleva siendo el máximo mandatario ruso desde 2012. Anteriormente ejerció el mismo cargo entre los años 1999 y 2008.

Criado en el seno de una familia obrera, no parecía que su futuro estuviese relacionado con el liderazgo de una de las grandes potencias mundiales. Estudió y se graduó en Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado. Después ingresó en el servicio de espionaje del KGB y fue destinado a Dresden (Alemania). Razón por la cual maneja hábilmente el idioma alemán. En el KBG recibió adiestramiento militar, de contraespionaje y de captación.

Tras la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS, comenzó su andadura política asesorando al alcalde de San Petersbugo, Anatoli Sobchak. En 1996, dio el salto a Moscú con un puesto en la administración del expresidente Boris Yeltsin. En 1998, fue nombrado director del Servicio Federal de Seguridad que sucedía al extinto KGB y al año siguiente compaginó ese puesto con el de secretario del Consejo de Seguridad Nacional. A finales del 99 Yeltsin renunció al cargo y Putin asumió el puesto de presidente interino.

Se consolidó en la presidencia de la Federación Rusa al ganar las elecciones de marzo del año 2000. Fue reelegido en 2004 con casi el 72% de los votos. Al no poder presentarse a los comicios de 2008 por el máximo de mandatos posibles fijado en la Constitución rusa, se conformó con ser primer ministro.

En las elecciones de 2012 salió vencedor y se proclamó nuevamente presidente. Al igual que en su anterior mandato, fue reelegido en los comicios de 2018 con el 77 por ciento de los votos. En 2020 firmó una ley sobre las enmiendas constitucionales que le permiten postularse otras dos veces a la reelección y permanecer el frente del Kremlin hasta 2036.

Polémicas

En sus años de mandato son numerosas las sospechas, polémicas y conflictos que rodean su figura. El primero de ellos fue el bombardeo de la ciudad de Grozni en la segunda Guerra de Chechenia en 1999. Putin respondió a los chechenos con mano dura, justificando fortalecer la seguridad y el control en las principales ciudades rusas. Expertos señalaron entonces que se montó en la "ola de la xenofobia" y se vio a sí mismo como el líder para salvar a su país.

En 2006, el exespía ruso Alexander Litvinenko fue asesinado. El antiguo miembro de los servicios de inteligencia fue envenenado en Londres con polonio radioactivo 210. Según investigaciones de la justicia británica, el polonio le fue administrado en una taza de té. Al parecer, existía una gran enemistad entre Litvinenko y Vladimir Putin. Pese a que el Kremlin se desvinculó del crimen, todo apuntaba a que el presidente ruso aprobó liquidar al exespía.

En el año 2008, Putin se aventuró en una guerra contra Georgia. El objetivo, mostrar que las cosas habían cambiado tras la caída de la URSS. Dilucidando así su verdadera meta a nivel internacional: restaurar la influencia de Rusia en el mundo.

Anexión de Crimea

Moscú decidió anexionar la península de Crimea, hasta la fecha territorio ucraniano, en 2014 tras un referéndum que fue declarado inválido por la ONU. Situada al sur de Ucrania, Crimea es un lugar estratégico: se trata de la salida de Rusia al Mar Negro. Miles de ucranianos salieron entonces a las calles de Kiev a protestar en contra del presidente Víctor Yanukóvich, más próximo al Kremlin que a la OTAN. Aquello supuso la antesala de la actual guerra. Y es que Putin no está por la labor de permitir que Ucrania se sume a la OTAN.

Rusia, bajo el mandato de Putin, también intervino en la guerra de Siria en 2015, apoyando a Bashar al Asad. El presidente sirio ha sido acusado en numerosas ocasiones, por la ONU y otras organizaciones, de crímenes contra la humanidad y abusos de los derechos dumanos. Por supuesto, el apoyo era otra maniobra para tensar las relaciones con Estados Unidos.

Año 2016, elecciones presidenciales en EEUU. Estas significaron la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Agencias de Inteligencia de Washington apuntaron que piratas informáticos rusos, al servicio del Kremlin, trataron de influir en el resultado de las votaciones y favorecer a Trump. Rusia, como siempre, negó cualquier participación en dichos hackeos.

Otro punto negro del mandato de Putin son las continuas denuncias por la represión que somete el Kremlin a los opositores. Bajo el yugo de Putin la disidencia ha sido silenciada y reprimida. La opresión por motivos religiosos (el caso del grupo punk Pussy Riot), sexuales (la visión que hay en la sociedad rusa sobre que la homosexualidad es algo nocivo) y la limitación de la libertad de expresión ensombrecen todavía más el mandato de Putin.

Deportista y aficionado a la caza

A partir de los imágenes y vídeos difundidos por el propio Vladímir Putin, se vislumbra un hombre muy masculino, deportista y aficionado a la caza, lo que ha dado lugar a multitud de memes como aquel que aparece montado en un oso. La caza es sin duda su gran afición, junto con montar a caballo, la pesca y su gusto por deportes como el judo y el hockey sobre hielo.

Gente cercana a su persona afirma que se trata de un gran negociador y muy celoso de su vida privada. En definitiva, un líder implacable, frío y calculador. Tal y como el propio Putin explicaba en 2013, su método se basada en una lucha paciente y obstinada, "al acecho de cualquier síntoma de debilidad del adversario".