El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido este martes a Rusia y Ucrania una tregua de cuatro días en sus combates coincidiendo con la Pascua ortodoxa, es decir, entre los próximos días 21 y 24. Esta tregua, coordinada con el Comité Internacional de la Cruz Roja, serviría para evacuar civiles y propiciar la entrada de ayuda humanitaria en las poblaciones "más castigadas" del este ucraniano, principalmente Mariupol, Jersón, Donetsk y Lugansk.

Guterres añade -en declaraciones efectuadas en la sede de la ONU, con la famosa escultura de la pistola anudada tras él- que lo que llamó "pausa humanitaria" está siendo comunicada en sus detalles a las partes, pero no ha explicado si ya ha recibido respuesta de los respectivos gobiernos. Sí afirma que el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, ha comunicado esta propuesta al Consejo de Iglesias de Ucrania -donde se sientan católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos- y recibió su apoyo, pero no ha hecho ninguna mención a sus contactos con Rusia.

Considera que el recrudecimiento de la ofensiva rusa en el este ucraniano representa "la negación del mensaje de Pascua, que es la celebración de la nueva vida". "Cientos de miles de vidas están en juego (...) Silencien las armas", implora. En este momento -recuerda- doce millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Ucrania, pero anticipa que esa cifra va a subir a 15,7 millones en breve, lo que representa el 40% de la población que se ha quedado en el país pese a los combates.

Aunque ha sido preguntado por la posibilidad de que él mismo efectúe una misión a Ucrania y Rusia, no ha querido responder a la pregunta. El lunes, Griffiths dijo en rueda de prensa que era pesimista sobre la posibilidad de un alto el fuego puesto que las dos partes ni siquiera se sientan a conversar y puso sus esperanzas en los esfuerzos de mediación que lleva a cabo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.