pamplona - Tras reunirse durante casi dos horas con el president catalán, en un comparecencia conjunta con Joaquim Torra, el lehendakari, Iñigo Urkullu, llamó ayer a los partidos que votaron a favor de la moción de censura a Mariano Rajoy para que hagan un “esfuerzo” en favor de la distensión que reclama “la mayoría social” en materia de territorialidad. En un contexto en el que los partidos independentistas catalanes rechazan aprobar los Presupuestos de Pedro Sánchez, tras cinco meses de gobierno socialista sin medidas concretas en relación a los políticos encarcelados y exiliados, o a dar una solución política más allá de un nuevo Estatut, Urkullu quiso enviar un mensaje al president. “Soy conocedor -dijo- de la voluntad de ambos gobiernos, el catalán pero también el español”, de alcanzar dicha distensión y trabajar en la búsqueda de “cauces de solución”, si bien “hay que hacerlo posible”.

Con sus manifestaciones, Urkullu volvía a ejercer de canal de comunicación entre las administraciones catalana y española, un año después de que tratara de convencer a Carles Puigdemont para que convocara elecciones anticipadas tras arrancar un compromiso no escrito al Ejecutivo de Mariano Rajoy para rebajar la tensión. En esta ocasión el diálogo entre Sánchez y Torra existe, o al menos la disposición al mismo, pero el punto de encuentro entre ambos parece a día de hoy inalcanzable.

La Generalitat parte de la base de que la prisión provisional de los presos catalanes -que Urkullu censuró ayer- debe concluir y de que se deben negociar los términos de la autodeterminación de Catalunya que defiende “la mayoría absoluta del Parlament”, declaró ayer Torra en Lehendakaritza. El Gobierno del PSOE, por su parte, delega en la Justicia la situación de los políticos presos y exiliados, y en relación al estatus político de Catalunya solo concede una reforma que revierta el cepillado al Estatut que despertó al soberanismo catalán hace ya casi una década. “Esa es una pantalla pasada”, advertía Torra en Vitoria.

Solo hay, por tanto, gestos limitados como la reunión del consejo de Ministros que Sánchez celebrará en Barcelona, y que puede servir para reunir a ambos presidentes varios meses después de su primera cita en la Moncloa. Para el jefe del Govern, la escenificación de ese encuentro no ha sido la más apropiada. “Todavía no sabemos por qué se va a celebrar el Consejo de Ministros en Barcelona; nos planteamos si la mejor solución es celebrar ese Consejo y aprovechar para reunirse con el presidente catalán”, censuraba Torra, que en todo caso enfatizó que su gobierno no va a abandonar “nunca la bandera del diálogo” para buscar “soluciones políticas a un problema político”.

El president declaró además que su apuesta por la independencia “no va de banderas ni himnos, sino de tener un mejor país”, y que ha venido a Euskadi a “tender puentes” más que a hacer peticiones concretas al Gobierno Vasco. Torra hizo hincapié en la estrecha relación que el País Vasco y Catalunya han mantenido a lo largo de las décadas, pues comparten “el mismo deseo de libertad, de que se acabe la represión y la voluntad de decidir el destino de nuestros pueblos”.

visitas a los presos Por otro lado, Torra invitó privada y públicamente al lehendakari a visitar al president Puigdemont en Waterloo y a los presos en las cárceles catalanas, a lo que el lehendakari respondió rememorando su reunión con Oriol Junqueras en Lledoners el pasado mes de agosto. “En aquel momento lo hice porque se me solicitó; no tengo ningún problema en volver a hacerlo si se me solicita”, señaló el lehendakari, que acudió a la prisión catalana en una visita privada a petición del propio Oriol Junqueras.