Fortalecimiento institucional. “Pondremos en marcha de inmediato el 155 sin límite de tiempo”, sostiene el líder. El objetivo último es erradicar “la peste del nacionalismo” en Cataluña.

Rebaja fiscal. Casado sugiere bajadas del IRPF y el Impuesto sobre Sociedades, así como suprimir de facto los impuestos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones.

Reforma educativa. El líder popular aboga por una ley “que consagre la libertad educativa de los padres, también de la concertada”. En este sentido, apuesta por enseñar los valores en casa.

Impulso a la natalidad. La intención es “combatir el invierno demográfico”, mediante “un impulso a la natalidad, a la conciliación y a la cultura de la vida. El poder político tiene que actuar siempre a favor de la vida”, sentencia.

Reforma de la Administración. Casado busca reducir el peso para hacerla “más eficiente y transparente”, garantizando que la remuneración adicional dependa del desempeño y que el acceso a empleo público se haga “sin barreras por lengua”.

Cohesión territorial. “No pedimos cambios en el modelo autonómico, sino que se aplique íntegro”, manifiesta y añade que hay que lograr “igualdad entre españoles y entre territorios, ni regiones de primera ni de segunda”.

Justicia imparcial. Otro de los compromisos de Casado es “una Justicia que juzgue imparcialmente como poder independiente del Estado, sin presiones”. Para ello, propone un cambio en el modelo de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y que sean los propios jueces los que se elijan entre sí.

Seguridad. Respecto al terrorismo islámico, Casado señala que “todavía no ha acabado” y quien venga a España a inculcar odio “se ha equivocado”. En cuanto a la inmigración, demanda “fronteras seguras” y una llegada “ordenada” y enfocada en el mercado laboral de los migrantes.

Política exterior. El popular prioriza la política exterior, ante lo que denomina “la encrucijada de la UE”. Y con la mirada puesta en Latinoamérica, asegura posicionarse contra “las dictaduras”.

Desafíos de globalización. Casado promete “abordar los desafíos de la globalización”, como la lucha contra el cambio climático o la revolución tecnológica.

madrid - La convención nacional del PP, la primera gran cita interna del mandato de Pablo Casado, concluye con la sensación de objetivo cumplido por parte de la dirección del partido y su líder, quien ha proclamado con este cónclave el “¡preparados, listos, ya!” para las elecciones del mes de mayo. Hay que salir a ganar pero, sobre todo, hay que evitar empatar con los partidos que se disputan el mismo espacio electoral, y hay que estar en la calle para recuperar a los exvotantes, los que han podido cambiar su voto en las últimas elecciones para Vox o Ciudadanos.

Este es el mensaje que lanzó ayer Casado a los militantes, tras tres días de debates para el “rearme ideológico” del partido, en los que ha quedado claro que su referente es el expresidente José María Aznar, quien estuvo presente ayer en la clausura, junto con la ex secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal.

A ella dirigió Casado un cariñoso saludo y un agradecimiento por estar aquí, en la que es “su casa”, dijo.

Pero este nuevo PP aspira también a ser la “casa común” no solo de sus simpatizantes, sino de todo el centroderecha. Quiere poner en valor la “centralidad” que cree que le han otorgado los propios Vox y Ciudadanos al situarlo en medio de un acuerdo a tres en que los dos líderes de las esquinas no se hablan.

Este pacto para gobernar en Andalucía ha sido todo un revulsivo para el partido, que sale de la convención si no totalmente unido, al menos sí con las voces discordantes atenuadas.

Porque “haberlas, haylas”, como las meigas, aunque hayan preferido hacer mutis por el foro en este encuentro y esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Quizá a la espera de cuáles son los resultados electorales de esta especie de “refundación” del partido que algunos han tenido que tragar a la fuerza, como las píldoras.

Ahora es el momento de completar las listas electorales en las comunidades y los municipios, de elaborar la candidatura europea, y todo el mundo prefiere quedarse parado por eso del miedo a no salir en la foto.

Desde la dirección del partido el resumen de la convención es que los militantes han salido de este encuentro diciendo “esto es el PP” y que todos están “alineados” ya con el liderazgo de Pablo Casado. Aseguran que nadie se va de este cónclave ideológico pensando que el camino marcado por el presidente sea equivocado.

En su declaración de intenciones, Casado reivindicó la prisión permanente revisable, fronteras seguras para la inmigración, fortalecer la defensa frente l terrorismo islámico y poner fin al acercamiento de presos de ETA a cárceles de la CAV.

Sobre Ciudadanos y Vox, mejor no hablar, o por lo menos mentarlos en público. En privado, sí que se critica que los del partido de Santiago Abascal llamen al PP la “derechita cobarde. Cobarde es el que se va del partido a otro sitio”, replicaron desde la dirección nacional del PP, que sitúa a Casado como el “valiente” por haberse quedado.

En Génova se muestran convencidos de que no hay mayoría alternativa en España sin el PP y si eso llegase a pasar, por un viraje de Ciudadanos hacia la izquierda, sería el “acta de defunción” del partido de Albert Rivera.

“nosotros a lo nuestro” Así que el mensaje frente a esta competencia es ese “nosotros a lo nuestro” que reclamó ayer Casado durante su discurso, una intervención de más de una hora en la que desgranó, aparte del mensaje en clave interna, su “contrato” con los españoles para llegar a ser presidente del Gobierno.

Un programa basado en la ideología liberal conservadora que tanto le gusta esgrimir en sus intervenciones, y que fuentes cercanas han descrito como un “nuevo conservadurismo” a lo español basado en la fórmula “más sociedad y menos Gobierno”. Y sobre el que han puntualizado para no dar lugar a interpretaciones: “No es Trump, es más Clinton”.

Más allá de este discurso final del presidente del PP, la convención que fue presentada como del rearme ideológico ha sido, en realidad, la de los nombres porque más que el debate de ideas lo que se ha vivido estos días es el protagonismo de las personas, desde los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy hasta el propio Pablo Casado y el nuevo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

El dirigente andaluz llegó a la convención popular subido en “la ola del cambio” que viene de Andalucía y, al ritmo de We are the champions, de Queen, arengó a la audiencia con un tono mitinero que casi se pudo oír en Sevilla, y que fue respondido desde las gradas con gritos de “presidente, presidente”.

Los mismos que quiere oír Casado cuanto antes a las puertas de la Moncloa.