Pamplona - Eran las 11 horas y 21 minutos de ayer jueves, faltaba una lucecita verde por encenderse en el panel de las votaciones. Silencio absoluto. Dos o tres segundos de tensión. Ya nada parpadea en el dispositivo digital. Total de votos emitidos: cincuenta. Veintiséis votos a favor, veinticuatro en contra. Alivio. Aplausos y algarabía en el hemiciclo. El pleno del Parlamento de Navarra aprobaba así ayer por mayoría absoluta la reforma de la Administración Local de Navarra, una renovación de la norma que le precedía: la Ley Foral 6/1990, del 28 de junio de 1990. Una modificación histórica que no se había logrado abordar con éxito en 29 años. Los veintiséis parlamentarios y parlamentarias de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Ahal Dugu Orain Bai e Izquierda-Ezkerra otorgaban su voto de conformidad a un nuevo planteamiento del mapa local de Navarra, una reorganización territorial de la Comunidad a partir de la creación de doce comarcas y un nuevo modelo de financiación que apuesta por la eficacia, optimización de recursos, mantener los empleados públicos y evitar su precarización. Culminaba ayer un largo proceso de elaboración de esta ley, que aunque estaba contemplada en el acuerdo programático de Gobierno de 2015, ha supuesto dos años de trabajo parlamentario, acuerdos con la Federación Navarra de Municipios y Concejos, horas de debate en comisión y la revisión de más de 89 enmiendas. Sin embargo, hasta ayer por la mañana, que la ley no saliese adelante con la mayoría absoluta necesaria era una posibilidad real. Las dudas del sentido del voto de los cuatro parlamentarios de Orain Bai, expulsados de Podemos-Ahal Dugu, habían puesto en entredicho los últimos días la suma de los veintiséis síes determinantes.

Finalmente, el día anterior (miércoles) el cuatripartito logró cerrar un acuerdo con los díscolos de Orain Bai y planteó hacer una revisión del texto original de la ley y presentar, una vez aprobada la norma, una proposición para modificarla esta misma legislatura con el fin de dejar “absolutamente claro que no habrá ninguna posibilidad de despido colectivo” entre los trabajadores de la Administración Local; que era una de las exigencias de los sindicatos que había recogido Orain Bai y que entendían que “mejoraba” de alguna forma la norma. También, a fin de sumar más pareceres (y votos) y complacer a todos pactaron presentar dos enmiendas in voce para introducir esta idea en el debate mismo del pleno, pero UPN y PPN vetaron su tramitación.

No obstante, Unai Hualde, parlamentario de Geroa Bai que defendió la ley en la primera intervención de la jornada, ya dio a entender que este obstáculo puesto por regionalistas y populares no sería impedimento para que la norma saliese adelante. “Señores de Orain Bai, había señales de alerta que nos inquietaban. Tuvimos que sacar las gafas de ver para confirmar que lo que realmente había era una voluntad de mejora del texto. Estudiar mejoras de redacción, siempre desde la premisa de lo razonable”, señaló Hualde tratando de dulcificar de antemano el agrio apoyo que más tarde les darían los cuatro de Orain Bai con la intervención de Rubén Velasco.

Hualde también lamentó la oposición de UPN, PPN y PSN a esta ley que rechazaron con duras críticas y anunciaron que, si consiguen mayoría en la próxima legislatura, la derogarán. “Se sitúan en el no a todo y luego dicen que no hay consensos”, criticó. “Estamos ante una propuesta de reforma de abajo arriba sin precedentes. Un tema lo suficientemente importante como para que todos los grupos hubiésemos estado a la altura”, añadió. También los parlamentarios Adolfo Araiz, de EH Bildu, y el de Izquierda-Ezkerra, José Miguel Nuin, salieron en defensa de la ley. Nuin consideró la reforma como “un punto de arranque que tiene dos grandes beneficiarios: la ciudadanía, porque una buena reforma local debe servir para dar mejores y mayores servicios; y el propio mundo local, mediante la creación de unas entidades locales más fuertes, eficientes y eficaces, que son las comarcas”.

“no soy tonto, sé sumar” Sin embargo, para la oposición esta es una “mala ley”. La parlamentaria de UPN Mari Carmen Segura la calificó como Ley Araiz, en referencia al portavoz de EH Bildu. “Se aprueba con el mínimo consenso exigido, sabiendo la mayoría de esta Cámara que es una mala ley y no soluciona los problemas de las entidades locales, ya que se quedan sin competencias y sin financiación. Esta ley es el primer paso para el verdadero objetivo de EH Bildu, que es obtener el poder municipal para hacer políticas sectarias y a la medida de su gente”, indicó en su intervención. “Demagogia a la enésima potencia”, le contestó el propio Araiz en el turno de réplica. “Desde que se presentó este proyecto de ley, han repetido un mantra que ha llegado ya la hora de desmontar: que esta ley no tiene suficiente consenso político necesario por la importancia y la trascendencia. Un consenso para el que no sé qué numero de parlamentarios/as harían falta: ¿35? ¿40? ¿45? ¿50? Pues bien, como la memoria me fallaba, la anterior ley se aprobó en 1990 y he revisado en los anales del Parlamento. ¿Saben ustedes con qué magnífico consenso se aprobó aquella ley?”, les interpeló Adolfo Araiz al resto del hemiciclo.

“Se lo voy a decir yo: ¡con 28 votos! Hogeita zortzi, euskaraz! ¡Dos más! ¿Cuántas fuerzas políticas apoyaron aquella reforma? ¡Dos! El PSN y UPN, el régimen aprobó esa reforma, eso es lo que ustedes entendían como consenso suficiente y hoy hay 26 votos que representan mayoría absoluta”, estas palabras de Araiz provocaron un tremendo barullo en el Legislativo. La presidenta del parlamento, Ainhoa Aznárez, tuvo que llamar al orden y rogar silencio.

“Eso es lo que ustedes han estado ocultando todo el debate, no hay hoy mayor consenso político. ¡28 votos! Esa es la raquítica mayoría con la que ustedes aprobaron también”, siguió Araiz pese al alboroto. “¡Más de 26!”, le gritó desde su escaño la parlamentaria del PPN, Ana Beltrán. “¿Más de 26? ¡Claro! ¡Dos más de 26! Es que no soy tonto, sé sumar. Sé que dos y dos son cuatro. Y 28 menos 26 son dos. No sé si usted tenía alguna duda. Sé restar”, argumentó Araiz provocando las risas de los parlamentarios.

La presidenta llamó la atención a la bancada socialista. “Ustedes piden consenso”, reclamó el parlamentario de EH Bildu dirigiéndose al PSN. “Y cuando aquí se alcanza una mayoría absoluta, les da igual. Es insuficiente. Hay que tener cintura política para llegar a acuerdos. Esto que ustedes no tienen, solo para pactar con los señores de la derecha (y señaló a UPN y PPN). Ese es su problema. Por eso, me quedo con el resultado. Lo demás son nuestras miserias, las suyas y las nuestras. Los compromisos que somos capaces de alcanzar es lo que queda”, reclamó en su alegato final Araiz. Tras esta intervención y la última y breve de Nuin, se produjo la votación. Y el resultado, a las 11.21 horas. - D. Burgui