pamplona - La Justicia francesa condenó ayer a siete años de cárcel a Iratxe Sorzabal y a cinco años a David Pla, componentes ambos de la última dirección de ETA y miembros de la delegación de la banda que intentó negociar sin éxito con el Gobierno español después de oficializar el abandono de la lucha armada en 2011. El Tribunal Correccional de París les considera culpables de todos los delitos por los que habían sido encausados , doce para ella y seis para él. Sorzabal (Irun, 1971) y Pla (Pamplona, 1975) fueron detenidos el 22 de septiembre de 2015 en una casa rural de Baigorri donde tenían cita con el antiguo jefe del aparato político Ramón Sagarzazu, que también fue arrestado inicialmente, pero luego fue puesto en libertad.

En la sentencia, el tribunal ordena que Sorzabal sea expulsada definitivamente del Estado francés una vez haya cumplido todas las penas que tiene pendientes. El periodo teórico de prisión sería como máximo de diez años desde el momento de su arresto, aunque en la práctica será significativamente menor por la remisión de penas. Además, tiene causas pendientes con la Justicia española, que ha cursado contra ella tres demandas de extradición. Pla, que no será expulsado del Estado francés por sus vínculos familiares -su hija está escolarizada en Iparralde-, es probable que salga de prisión “en unas semanas” gracias a la remisión de penas, según su abogada, Xantiana Cachenaut.

Alegato político En su última intervención antes de que los jueces dictaran sentencia, Pla y Sorzabal hicieron un alegato político en el que pidieron mirar al futuro para “romper la lógica de la confrontación”. “Desde 2010 ha habido un intento sincero de crear un proceso de paz”, afirmó Pla, que reprochó al fiscal que diera a entender que en ese periodo ETA continuaba en disposición de cometer atentados. “Durante esos años -afirmó- nos hemos enfrentado a ese tipo de insinuaciones por gente que ponía eso como excusa para no implicarse en el proceso, pero la realidad ha demostrado lo contrario”. Explicó que para ETA el objetivo era cortar con “una inercia que se estaba alargando en el tiempo y terminar con el ciclo de la confrontación armada”, así como “buscar vías políticas y democráticas para responder a un conflicto político real”.

Sorzabal hizo suyas las palabras de Pla y añadió que para que el proceso concluya con éxito tienen que implicarse todos los actores, incluida la justicia. “No podemos cambiar el pasado, pero podemos decidir el futuro que queremos construir, y nosotros vamos a seguir trabajando por la paz y por la libertad”, zanjó. - Efe