pamplona - El Parlamento foral tramitó ayer la que está llamada a ser la nueva ley de protección de animales de compañía en Navarra. Se trata de una propuesta impulsada por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, PSN e I-E -UPN y PP se abstuvieron-, que sustituirá a la norma hoy vigente (que data de 1994) y dispone un marco de protección más amplio, que prevé multas de hasta 100.000 euros en caso de maltrato, muerte o abandono de animales domésticos, pero que también establece exigencias en materia de control sanitario; venta y adopción; y requisitos actualizados para asociaciones y centros de animales. Todo bajo la supervisión del Gobierno de Navarra, quien se encargará de reforzar con materiales educativos y divulgativos la necesidad de respetar a los animales, y que también se reserva la competencia de inspección e inicio de expedientes sancionadores con arreglo a un código de infracciones que también se incluye en la ley. Una vez pasado el trámite, el texto salta ahora a comisión parlamentaria, donde podrán hacerse cambios aunque la ley está bastante cerrada (sustituye a la anterior norma, tres decretos forales y una orden foral) y cuenta con un amplio consenso, gracias sobre todo a la labor de Fernando Mutilva, técnico del Ejecutivo foral que ha coordinado la reforma.

Para entender hasta dónde llega la ley conviene resaltar algo que ya se precisa en el preámbulo de la norma: esta es una ley que, fundamentalmente, afecta a perros, gatos y hurones domésticos, además de caballos de particulares que se usen para montar y dar paseos, pájaros y peces. Esto es importante porque a lo largo del debate (no sólo ayer, también semanas atrás) se ha temido que la ley vaya a afectar a cazadores o a festejos taurinos, por ejemplo. No. La ley no se ocupa para nada de la caza, ni de los perros de caza (que tienen otra catalogación como perros de trabajo, y no de compañía), ni prohíbe festejos taurinos ni nada de eso. Ni siquiera se ocupa de los animales de producción (los de las granjas, los de los zoológicos), que tienen marcos de protección estatales y europeos. La norma se centra en los animales de compañía, sobre todo para erradicar un mal enquistado (el abandono), concienciar sobre la necesidad de esterilizar e identificar a los animales, fomentar una tenencia responsable (donde haya más adopción y menos venta, que se fiscaliza exhaustivamente en esta norma) y luchar contra el maltrato con multas disuasorias.

“Supone un cambio cuantitativo y cualitativo”, defendió Dabid Anaut (EH Bildu). El parlamentario del partido soberanista incidió en que la norma se centra en garantizar el bienestar de los animales de compañía, y celebró la necesaria actualización de la norma tras 25 años en los que la conciencia social sobre el tema ha evolucionado mucho. Fue un discurso que compartieron los firmantes de la proposición, sin perjuicio de que en las enmiendas puedan hacerse cambios. - D.N.

Alcance de la ley. Afecta a animales de compañía, básicamente perros, gatos y hurones. Quedan fuera los animales de producción, la fauna silvestre, los animales utilizados en festejos taurinos, aquellos que sirven para la experimentación científica y los de los zoos.

Obligaciones. Hay que atenderlos, identificarlos (microchip u otros) y notificar su muerte. Además, los propietarios tienen que controlar la reproducción y los sacrificios sólo podrá prescribirlos y hacerlos un veterinario.

Prohibiciones. Se prohibe el maltrato, el abandono, la donación como premio, la venta a menores de 18 años, la venta ambulante o la cría y venta sin permiso, además de usarlos en circos o no tenerlos dados de alta en el registro de identificación de animales de compañía de Navarra. Se elimina, también, la posibilidad de mutilar orejas y rabo a los perros por estética, con la salvedad de que un veterinario pueda determinar lo contrario para la caza.

Cría, venta y adopción. Se requerirá autorización, personal cualificado e instalaciones suficientes. La venta de animales sólo se podrá hacer en establecimientos autorizados, consultando antes el registro de infractores (para localizar posibles maltratadores). Los ayuntamientos dispondrán de centros de acogida que fomentarán la adopción sin transacción comercial; y habilitar colonias felinas para garantizar el control de los gatos.

Sanciones. Los funcionarios inspectores tendrán rango de agente de la autoridad. Las sanciones leves (por no tener los papeles al día) serán de máximo 1.000 €; las graves (alimentarlos mal, no vacunarlos...) de hasta 6.000€; y las muy graves (maltratarlos, organizar peleas de perros, venderlos ilegalmente) de hasta 100.000 €.