pamplona - Los cuatro parlamentarios de la corriente Orain Bai (Laura Pérez, Carlos Couso, Fanny Carrillo y Rubén Velasco) a los que Podemos considera tránsfugas impidieron ayer la tramitación de una reforma necesaria para que la ley de participación ciudadana siguiese adelante. Fue una revancha, un desmarque de último minuto -pese a que los apoyos de la reforma estaban firmados por todo el cuatripartito- para vengarse de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E por haber rechazado la Mesa, el lunes, el escrito -considerado nulo por los letrados de la Cámara- con el que querían expulsar del grupo a Ainhoa Aznárez, Mikel Buil y Tere Sáez.

La reforma del reglamento, que era necesaria para dar encaje a la posibilidad de que la ciudadanía pueda fiscalizar al Gobierno, proponer declaraciones institucionales o iniciar comisiones de investigación, tenía todos los visos de salir adelante. Pero en su turno de intervención, Laura Pérez, promotora de la corriente Orain Bai, anunció que su grupo abandonaría el hemiciclo antes de la votación, propiciando así la pérdida de mayorías y dejando en bandeja a la derecha de UPN y PP y al PSN la posibilidad de tumbar la reforma, como así sucedió.

Pérez aludió a que esa ley de participación es una pantomima, porque las resoluciones no son vinculantes y “hay que tomarse más en serio la soberanía popular”. Además, dijo que ha habido muchas posibilidades de reformar el reglamento, y que no se ha hecho antes por falta de voluntad política. Por eso anunció que no tomarían parte de la votación “porque además no se dan las condiciones”, apostilló, alegando también que el Parlamento vive una “excepcionalidad democrática” con una Mesa (compuesta por EH Bildu, Geroa Bai y Podemos -que ostenta la presidencia- y UPN, que tiene dos puestos) que cree que funciona de manera arbitraria y que ha manipulado el reglamento para impedir las expulsiones, según su versión.

réplica de araiz Pero si alguien vio clara la jugada fue Adolfo Araiz (EH Bildu), promotor de la reforma y encargado de dar la réplica a Pérez. “Que Laura Pérez diga la verdad, y es que tiene una rabieta”, reflexionó, con crudeza, para lamentar que su venganza porque la Mesa no ha autorizado las expulsiones se haya llevado por delante “dos años de trabajo interno”, en los que dijo además que Orain Bai “no ha participado”. “Las condiciones de las que habla era que se aceptase su escrito de expulsiones, el único argumento para oponerse ha sido ese”, añadió, para cuestionar “qué ha cambiado” desde el lunes para que Orain Bai haya cambiado de opinión, aun cuando existía un acuerdo firmado. “¿Creen que nos podemos fiar de un grupo que ya no respeta ni sus propias firmas? Sólo les pido que digan la verdad, que admitan que han votado en contra porque no se admitió su escrito”, cerró Araiz.- A.I.R.