PAMPLONA. El exconsejero de Industria y expresidente de Sodena José Javier Armendáriz ha afirmado este martes que la inversión de 173 millones de euros en la compra del 1% de Iberdrola fue un "proyecto estratégico".

Armendáriz, que ha comparecido ante la comisión parlamentaria que investiga la gestión de la empresa pública Sodena, ha asegurado que la de Iberdrola "fue una decisión de Gobierno", "estratégica", "no especulativa".

A partir de ahí, ha dicho, la forma de ejecutarla "fue la que se consideró más adecuada y ajustada a la ley", aunque Comptos la calificó de "atípica" y destacó que no había sido decidida por Sodena aunque su consejo de administración "sí la ratificó".

Se trataba, según ha explicado, de comprar hasta el 1% de Iberdrola, "acelerando" la toma de decisión planteado por el titular de Economía porque "las acciones cada día cotizaban a mas valor y retrasarnos era pagar un sobreprecio".

Ha apuntado además que dos años después las acciones tenían un valor muy superior a la compra, con "relevantes plusvalías", por lo que se decidió no hacer un nuevo aseguramiento, igual que en 2009 se descartó acudir a una ampliación de capital después de haber adquirido acciones por 173 millones de euros.

Aunque ya no tenía responsabilidades en Sodena, Armendáriz ha señalado que los técnicos y la dirección habrían estudiado la conveniencia de vender en 2014 las acciones con unas pérdidas de más de 19 millones.

En este sentido ha subrayado que "se cumplieron las expectativas" en Iberdrola, presencia que también les permitió estar cerca de decisiones importantes, aunque la decisión de vender fue "razonable" teniendo en cuenta "el nivel de interlocución".

El exconsejero ha aclarado que Iberdrola quería dar entrada en su accionariado a entidades como Sodena, de carácter regional, por lo que contactó con el Gobierno y con Sodena, que también valoraran su posición en renovables, a lo que ha sumado que Navarra disponía de recursos tras la venta de EHN para poder afrontar la operación.

Otros puntos a favor de la inversión fueron impulsar la presencia de Gamesa en Navarra, empresa de la que es accionista Iberdrola, y en cuyo consejo de administración se sentó José María Aracama, exconsejero también del Gobierno foral.

"Fue atípica" pero "interesante", "tuvimos la oportunidad y lo hicimos, no sé lo que hicieron otros gobiernos", ha aseverado, y agregado que el objetivo era mantener el patrimonio y mejor si se podía tener una rentabilidad de esta inversión "estratégica" y que a su juicio, visto con perspectiva, fue "un éxito".

Una operación que valoraron en primera instancia el presidente, el vicepresidente de Economía y él mismo como titular de Industria, sin "ningún informe previo", informes que sí hacía Sodena contando con los técnicos para procedimientos empresariales.

Armendáriz, que ha comenzado su intervención advirtiendo que la comisión de investigación coloca a Sodena en una situación que no merece porque es "una historia de éxitos", se ha referido también a principios de los años 2000, cuando se llegó a un acuerdo con NOI, uno de los mayores fabricantes de palas eólicas del mercado, un sector que había interés en desarrollar.

"Estábamos impulsando el futuro de la mano de un buen socio", ha indicado, y añadido que los proyectos "hay que valorarlos en su conjunto" y Sodena tenía entre sus funciones el apoyo directo o el aval, algo que hizo con hasta con 4 millones de euros en este caso, pero la gestión de NOI "no fue la deseada" y sin otro socio industrial "no tenía sentido continuar con el proyecto.

Así en 2005 entra Gamesa y Sodena se retira con unas pérdidas superiores a los 2 millones, aunque las gestiones "desde un punto de vista estratégico e institucional fueron muy positivas".

Armendáriz ha precisado que Gamesa quiso liderar NOI Navarra y no no necesitó un acompañamiento financiero, por lo que la presencia de Sodena "ya no tenía sentido".

"Algo similar" ha dicho que sucedió con EINA dentro del objetivo de Sodena de atraer a la comunidad proyectos industriales interesantes, ya que esta era una empresa dedica al sector de la automoción y al aeronáutico, con un plan de negocio "atractivo", que podía crear 50 empleos y arrastrar actividad en la subcontratación.

Cuando la empresa dijo que no seguiría aportando financiación, se valoró la capacidad de desarrollo tecnológico, el equipo, el mercado, la competencia, y el impacto que podía tener y "pareció adecuado continuar".

Los proyectos "son seres vivos que evolucionan" y los gestores deben valorar la adaptación a las circunstancias ya que son frecuentes las tensiones financieras y en estos casos los acreedores y proveedores lo primero que quieren es cobrar y sabiendo del interés de Sodena no plantearon concurso de acreedores.