pamplona - Unas fotos sacadas con su propio móvil en un supermercado de Venezuela en 2016 provocaron que el empresario de Rentería de ingeniería de software Agustín Otxotorena Calo se convirtiera por aquel entonces en un fenómeno mediático. En ellas mostraba cómo existen supermercados con estanterías llenas de productos y sin colas de espera, algo muy diferente a las imágenes que suelen aparecer en los medios españoles. Según este guipuzcoano de 55 años, soltero y con tres hijos, una realidad distorsionada que busca dejar patente en su gira de charlas por España para explicar la realidad que vive actualmente Venezuela.

¿Qué Venezuela se encuentra al llegar allí por primera vez?

-Yo llegué el 5 de julio de 1999. Hugo Chávez llevaba 6 meses en el poder. Aquello era un desastre, un país destrozado, con unas carencias de todo tipo y millones de personas malviviendo. Una de las cosas que más me impactó fue ver a manadas de niños entre 5 y 11 años por toda la ciudad que te vendían pañuelos de papel y se dedicaban a robar. Niños abandonados como perros callejeros a su suerte en la ciudad. Muchos dormían en las calles con plásticos y se drogaban con pegamento. Ver eso me impactó.

¿Qué diferencias ve respecto a la situación actual?

-Una diferencia total. Venezuela está en una crisis económica durísima. Esa es la realidad. Y como en todas las crisis económicas, se manifiestan todas las carencias. Baja el nivel de vida de la gente del pueblo y el Estado no tiene para cubrir todas las necesidades y eso se nota. Pero también es relativo. Hoy en día, en las zonas pobres de Venezuela se vive mejor que en las de Lima, Buenos Aires, de Colombia, etc. Una cosa es comparar a Venezuela con ella misma o con Europa, pero con el resto de países de Latinoamérica en Venezuela se está mejor. Los servicios son gratis o casi gratis (la luz, el agua, el gas, el transporte...). Es una pobreza pero con servicios.

¿Cómo ve la cobertura que hacen los medios españoles sobre Venezuela?

-A veces dudo de si estamos hablando del mismo país. La distorsión es de tal magnitud que cualquiera te toma por loco. Si no conoce el país, si no conoce las referencias, cualquiera se piensa que este tío está loco. Hace poco hubo dos manifestaciones: una de la ultraderecha golpista, que los propios organizadores dicen que hubo poca gente, pero hicieron un plano corto y en la televisión parecía que había una multitud. A la vez hubo otra manifestación de chavistas mucho mayor y no salió nada en los medios. Sacan lo que interesa y silencian el resto. Los medios de comunicación te pintan una realidad de que en Venezuela no hay chavistas. Pero no, están ahí. Eso es innegable.

¿Es más fácil para un opositor manifestarse que para un chavista?

-Yo llegué en el año 1999. Empecé a ir con gente de la oposición, pero empecé a ver a Chávez en la televisión y lo que contaba era diferente. Tardé cinco años en conocer un chavista, en que un hombre se sentase conmigo y reconociese que era chavista. Y esto en un país en el que gobernaba el chavismo refleja dos cosas: una que es un país estanco, la oligarquía, la burguesía, vive en otro país, y segundo que la gente chavista no hablaba porque venía de una represión. La oposición siempre ha tenido la calle. El chavismo se calla. La oposición tiene una manera de hablar y manifestarse que en Europa y mucho menos en España sería imposible.

¿En qué momento decide grabar vídeos, sacar fotos, de lo que ve en Venezuela?

-Eso fue por casualidad. Lo había hecho también antes. Me acuerdo que el día que me fui a Caracas por primera vez, mi madre me abrazó como si me fuese a Irak. El apocalipsis venezolano siempre se pintó. Yo muchas veces sacaba fotos en los supermercados para demostrar que lo que contaban no era verdad. Yo hice una foto de un supermercado al que suelo ir y se hizo viral. Se hizo viral no por mí, si no porque la ultraderecha estaba haciendo una versión distorsionada. Hay gente que tiene de todo y hay gente que no tiene nada.

Entonces, ¿no se puede hablar de desabastecimiento en Venezuela?

-Siempre ha habido picos. Y tiene que ver con el contrabando que se hace de las cuestiones subvencionadas de Venezuela hacia Colombia. Pero nunca ha habido desabastecimiento de todo lo que está dolarizado, que es la gran mayoría. Faltaban las cuestiones básicas, que el gobierno importaba, que ponía precios subvencionados y que los colombianos sacaban masivamente. En esa trampa se encontró el pueblo de Venezuela. Todavía hay un tremendo contrabando de las cuestiones básicas: arroz, pasta, legumbre, champús... Son muy baratos en Venezuela, porque el gobierno los subvenciona, y que tienen un precio internacional fuera.

¿Qué opinión tiene de Guaidó?

-Ningún líder de la oposición se significó esta vez. Siempre en estos intentos de derrocamiento, EEUU había contado con la oposición venezolana y siempre había fracasado. Consiguen que el pueblo se alce contra ellos. Esta vez el departamento de Estado americano dijo: voy a dar el golpe yo mismo. Desconfiaba de todos los dirigentes y líderes y cogió a Guaidó. Es como si en España de un día para otro pasa a gobernar el diputado del PP de Cuenca. Ese era Guaidó hasta hace tres meses. De un día para otro le proclaman presidente de la Asamblea Nacional y de un día para otro se autoproclama presidente. Lo único que hay de toda esa cuestión ridícula es el reconocimiento de EEUU, que es lo que realmente le da fuerza. Guaidó sin EEUU detrás no es nada.

¿Qué posibilidad cree de que haya una guerra?

-Ahora mismo no creo que eso ocurra, pero tampoco lo descarto. Estamos hablando de EEUU, que es un especialista en reventar paises. Pasó con Gadafi, Hussein y Siria. Hay cantidad de ejemplos de países que se confiaron y han sido destrozados por EEUU. Por eso tampoco descarto la guerra. Eso sí, Venezuela es un país especial. No creo que haya a corto plazo un peligro de invasión. Lo que va a haber es una guerra de desgaste. La fantasía de EEUU es que el pueblo se alce contra el chavismo y eso no va a pasar. Esos ataques cohesionan más al chavismo.