Aquello de que el cambio iba a dejar Navarra en la bancarrota ya empezó antes de la campaña de 2015. Lo había avisado el líder de UPN: “Traerán el paro y caos”. “Van a arruinar Navarra y van a aumentar el paro”, confiaba Ana Beltrán. Porque si algo tenía claro la derecha en aquellos meses era que los rojos, separatistas y masones iban a acabar con esta tierra. “Tenemos un Gobierno nacionalista que lleva 100 días en el poder y que ya ha generado 3.600 desempleados más. Navarra está paralizada”, apuntaba Esparza nada más empezar, como si una comunidad se pudiera hundir en tres meses.

El problema es que una vez perdidas las elecciones el temor se convirtió en esperanza. Y si la crisis se había llevado por delante al Gobierno de UPN y PSN, lo mismo la economía arrastraba también al cuatripartito. Así que en vez de modular el discurso se agarraron a él anunciando un cataclismo económico que nunca llegaba. Porque ni el contexto general era desfavorable ni el Gobierno lo estaba haciendo tan mal como decían.

Así que ahí que se engancharon a la Encuesta de Población Activa como clavo ardiendo, aprovechando cada oscilación negativa para insistir en el mensaje. “El Gobierno de Barkos está siendo perjudicial para la creación de empleo”, denunciaba UPN. “La realidad desnuda al Gobierno y su propaganda”, afirmaba Carlos Pérez-Nievas, que atribuía los datos a “cuatro años de autocomplacencia y desprecio a sindicatos nacionales y empresas, basados en lo identitario y en el abuso fiscal”. “El Gobierno ha cometido un grave error rechazando un Plan de Empleo”, lamentaba Chivite. “Solo la salida del Gobierno de Barkos puede frenar este suicidio económico”, doblaba la apuesta Beltrán.

Ocurre sin embargo que la EPA conviene analizarla con prudencia, que oscila mucho y te puede pasar que a los tres meses de proclamar el desastre te sale una nueva que deja a Navarra como la comunidad que más empleo crea y con la tasa del paro más baja. Y claro, te tienes que callar.

O puedes hacer como el exdiputado Carlos Salvador, que cuando el dato salía malo denunciaba que “en Navarra vamos marcha atrás” y que los del “kanvio” son “unos artistas”; y que cuando iba bien lo atribuía a que “Barkos parasita en beneficio propio los efectos de las políticas del PP apoyadas por UPN”. O como Esparza, que hace cuatro años prometió que para 2019 nos bajaría el paro al 10%, y que como los del caos lo han dejado en el 8,19%, ahora nos promete el pleno el empleo para 2023. Porque ellos siempre ganan.