pamplona - El PSOE dio ayer la sensación de haber pasado página tras el desengaño con los nacionalistas catalanes a cuenta de la presidencia de la Mesa del Senado. Después de que ERC y JxCat tumbaran el nombre del socialista catalán Miquel Iceta, que se había planteado como guiño al diálogo, el Gobierno en funciones giró su mirada hacia las fuerzas partidarias de la unidad de España, y en especial Ciudadanos, para que se abstengan y permitan la investidura de Pedro Sánchez. De esa forma, no tendría que contar con el soberanismo catalán y, muy en concreto, con ERC, con quien un pacto de legislatura o cualquier fórmula de colaboración estable parece ya muy complicada, al menos en este momento tras la crisis de confianza, y a la espera de que las elecciones municipales del próximo día 26 puedan dar un vuelco a la situación porque se necesiten mutuamente en Barcelona. Pero el escenario actual es de alejamiento. La portavoz en funciones, Isabel Celaá, trajo a colación la traumática abstención socialista para permitir que gobernara el expresidente Rajoy, y fue el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien expresó con una claridad poco habitual hasta la fecha que su gobierno no quiere “depender de los independentistas”, y le gustaría “mucho más” la abstención de Cs.

Mientras tanto, Sánchez continúa con sus guiños a Catalunya, pero ya no parecen dirigidos a contar con el apoyo soberanista, sino a reforzar las opciones electorales del PSC. El presidente se mantuvo en el empeño de designar a dos catalanes al frente del Congreso y el Senado. Escogió a la ministra Meritxell Batet, que se encargaba de la negociación de transferencias con el Gobierno vasco, y al filósofo Manuel Cruz. El PP y Cs lo utilizaron para volver a agitar sus pactos con el independentismo en plena campaña electoral, pero el Gobierno se ratificó ayer en distanciarse de los soberanistas.

El guiño de Sánchez a Cs en la investidura provoca que vuelva a sobrevolar el pacto con el partido de Albert Rivera, que además brindaría mayoría absoluta a Sánchez por sí solo, pero dentro del PSOE descartan que sea ese el planteamiento y apuestan por acuerdos puntuales.

Además, ayer se escenificó el primer acuerdo de la legislatura con Podemos, la Mesa del Congreso, en la que la izquierda volverá a ser mayoría después de casi 30 años. Celaá no descartó siquiera un gobierno de coalición, aunque se decantó por uno en minoría con pactos “preferentes”. Todo apunta a que tendrán que sumarse pactos variables con otras fuerzas porque PSOE y Podemos se quedan a diez escaños de la mayoría absoluta.

Sánchez se quedaría a las puertas de la mayoría absoluta si se apoyara en Unidas Podemos, Compromís, el PNV y los representantes de Canarias y Cantabria, pero incluso en ese caso podría aspirar a abstenciones variables de partidos como el propio independentismo catalán, que no está claro qué ganaría con unas nuevas elecciones. ERC, de hecho, ha intentado apagar el incendio tras el conflicto con Iceta y ha aclarado que lo sucedido no prejuzga su voto en la investidura, a finales de junio o principios de julio.

debate territorial Con las designaciones de Batet y Cruz, el PSOE trata de proyectar sensibilidad con el debate territorial. El cargo de Batet, que será proclamada el martes en la sesión de constitución del Congreso y el Senado, lo ocupará mientras el Gobierno se encuentre en funciones el ministro de Agricultura, Luis Planas. Cuando se produzca la investidura, Sánchez reorganizará su equipo y nombrará con carácter definitivo al interlocutor de las autonomías. Planas no está llamado a desempeñar ningún papel en la negociación competencial estos días, porque el Gobierno español está en funciones y no puede tomar decisiones que vayan más allá de la gestión ordinaria.

Los soberanistas catalanes ya no tendrán capacidad de bloqueo sobre el candidato para el Senado, porque ya es senador y no tiene que pasar por la criba del Parlament. En la Cámara estatal, el PSOE tiene mayoría absoluta. Como dato llamativo, se da la circunstancia de que los socialistas van a colocar a dos personas al frente del Congreso y el Senado que no se abstuvieron en la investidura de Rajoy, sino que votaron en contra, aunque ahora el PSOE pone el ejemplo del sapo que se tuvo que tragar para que el PP y Ciudadanos también dejen correr la proclamación de Sánchez. Cruz es más desconocido que Batet, aunque tiene proyección sobre todo en el ámbito académico. Es catedrático de Filosofía en la Universidad de Barcelona.

acuerdo con podemos Aunque ayer tampoco se quiso decir nada sobre un gobierno de coalición con Unidas Podemos, una opción con la que presiona constantemente Pablo Iglesias, ayer se escenificó la concordia entre las dos fuerzas. El PSOE confirmó y puso nombres al acuerdo con Unidas Podemos para controlar cinco de los nueve puestos de la Mesa del Congreso. PSOE, Unidas Podemos, PP y Cs tendrán dos cada uno, más la presidencia de Batet. Podemos tendrá la vicepresidencia primera (Gloria Elizo) y la secretaría primera (Gerardo Pisarello, exteniente de alcalde de Barcelona con Ada Colau). Iglesias se deshizo en elogios hacia Batet al considerarla una mujer “brillante” y capaz de lograr consensos, y dijo que este acuerdo es un buen punto de partida.

La izquierda no tenía mayoría en la Mesa del Congreso desde noviembre de 1989, cuando en el órgano, presidido entonces por el socialista Félix Pons, PSOE e Izquierda Unida aportaban seis de sus nueve miembros. En ninguna de las otras presidencias socialistas (Pons, de nuevo en 1993; Manuel Marín en el 2004; José Bono en el 2008; y Patxi López en el 2016), la izquierda tuvo mayoría en la Mesa.

Aunque el PSOE ha mantenido contactos con la mayoría de las formaciones con representación en la Cámara, y se llegó a especular con la entrada en el órgano de miembros de ERC o del PNV, ni la formación vasca ni la catalana han insistido en el asunto de la composición de la Mesa.

Por otro lado, los presos soberanistas Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull han logrado otro permiso del Supremo para recoger sus actas pasado mañana con supervisión policial. No podrán comparecer ante la prensa ni reunirse.

Senado. El PSOE ha renunciado a su mayoría absoluta en la Mesa del Senado -donde hubiera podido hacerse con cinco miembros frente a dos del PP- al ceder un representante al PNV y otro al PP. De esta forma, la composición de este órgano quedará con tres del PSOE, tres del PP y uno del PNV.

PNV. El PNV aclaró que su partido no ha pedido este puesto por lo que la Ejecutiva de esta formación estudiará el lunes la decisión adoptada por “terceros partidos” y verá si acepta el puesto.