PAMPLONA. Los comicios de hoy se presentan como una segunda oportunidad de los partidos españoles para, o bien darle la vuelta al marcador, o bien para afianzar sus posiciones con más cuota de poder en gobiernos municipales y autonómicos. Entre los primeros están PP y Podemos, con necesidad de remontar respecto a las generales, y entre los segundos, PSOE, Ciudadanos y Vox, con el objetivo de al menos mantener lo logrado el mes pasado. Los socialistas son quienes parten con mayor ventaja, debido al tirón que les proporciona la victoria electoral y la estancia de Pedro Sánchez en La Moncloa.

Su objetivo es terminar de construir los pilares del 28-A y reforzar la presidencia de Sánchez con gobiernos autonómicos y poder municipal. El broche de una victoria del PSOE sería coronar a Ángel Gabilondo como presidente de la Comunidad de Madrid y acabar con 24 años de ejecutivos de derechas en la región. Otro factor clave es si conservarán autonomías importantes como Extremadura o Castilla-La Mancha, donde según algunos sondeos no les darían los números para mantener los acuerdos con Podemos. Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page podrían verse obligados a mirar a Ciudadanos para conservar sus presidencias. El PP, por su parte, está en un brete y el liderazgo de Pablo Casado puede pender de un hilo si las urnas les arrojan otro resultado como el de las pasadas generales. Una segunda debacle pondría a Casado en la picota y despejaría el camino a Alberto Núñez Feijóo. Sin embargo, los populares son el partido más afianzado a nivel territorial en el Estado y lelque más candidaturas presenta, por lo que se antoja más difícil un hundimiento municipal y autonómico. En cualquier caso, lo que marcará la diferencia será el resultado en Madrid, donde la pugna con la izquierda es muy ceñida. Durante la campaña, la formación se ha esforzado en virar su mensaje hacia el centro y la moderación, rescatando a Mariano Rajoy y escondiendo a José María Aznar, en un intento de alejarse de Vox y atraer un espectro más amplio de votantes.

A Pablo Casado le pisa los talones Albert Rivera, como ya se evidenció el 28 de abril. Ahora, Ciudadanos tiene la oportunidad de terminar de desbancar a los populares y darles el sorpasso en regiones y municipios claves o incluso en las europeas, para alzarse como el principal partido de la derecha. La competición entre el PP y C s se ha convertido en las últimas semanas en una batalla cada vez más cruenta, desde el momento en que ambas formaciones quedaron encuadradas en la oposición tras la victoria de la izquierda en las generales. Así, el principal reto de la formación naranja es el de ser capaz de liderar el tablero de la derecha y exportar a otras regiones el pacto a tres bandas del Gobierno andaluz. Unidas Podemos sufrió una derrota agridulce el pasado mes un notable descenso pero puede condicionar el Gobierno que le obliga a resarcirse en esta especie de segunda vuelta. En la formación morada quieren demostrar que tienen implantación y una base firme a nivel municipal en todo el Estado y que, a pesar de sus numerosas crisis internas, siguen siendo el principal referente a la izquierda del PSOE.

Un aspecto indispensable es mantener los llamados ayuntamientos del cambio, aunque en esta ocasión no concurren en la candidatura de Manuela Carmena, que se ha independizado de sus antiguos valedores. Barcelona será otro foco importante, con la alcaldía de Ada Colau en juego. Respecto a las regiones, Podemos aspira a condicionar gobiernos de los socialistas y meter así presión para un Ejecutivo de coalición a nivel estatal con ministros morados. vox quiere consolidarse La quinta pieza del juego es Vox, que tras su irrupción en el Congreso con 24 diputados, se pone ahora a prueba en municipios y autonomías, con el objetivo de consolidarse y no quedarse en un simple bluf. La formación ultra lo tiene más complicado en esta ocasión, al haber perdido el factor sorpresa y por el temor a que una parte de su electorado regrese al PP para buscar un voto más eficaz. Además, la relevancia mediática de Vox se ha ido diluyendo al no ser decisivos en la Cámara Baja. En esta convocatoria la intención de la formación de Santiago Abascal es ser la tercera pata de un pacto de derechas en gobiernos regionales y municipales.