Hubo que sumar, literalmente, hasta el último voto de la última mesa electoral para asegurarse de que I-E conseguía entrar al Parlamento de Navarra. Y ese impulso definitivo que va a permitir a Marisa de Simón revalidar su escaño llegó desde Tudela, Villava y Egüés, las tres últimas mesas de las 17 que se recontaron ayer en el Palacio de Justicia de Navarra, y que junto con el sufragio de los residentes en el extranjero (el voto CERA) componían el 1,86% de los votos pendientes de contar (8.145) desde la misma noche electoral, cuando fueron impugnadas por incidencias menores.

El de ayer fue un día agónico, que remató 48 horas en las que las calculadoras de la coalición de izquierdas echaban humo. Con 10.226 votos al 98,14% escrutado, I-E estaba en el 3,001% de porcentaje de voto. Es decir, unos 20-25 votos por encima del umbral que decide si se obtiene o no representación en el Parlamento. Con un margen estrechísimo, tenían que mantener al menos la misma tendencia de votos tanto en el CERA (1.611 inscritos) como en los 6.534 sufragios que quedaban por sumar de las 17 mesas impugnadas. En el peor de los casos (ese en el que votan todos los inscritos en el CERA) la coalición calculaba que necesitaba una horquilla de 230-240-250 votos, capaz de compensarla con el mínimo remanente sobre el 3% que ya tenían. Sin embargo, mantener la tendencia en el CERA era, creían, muy complicado: en 2015, cuando I-E obtuvo el 3,69% de los apoyos, el porcentaje de voto en el extranjero fue del 2,5%. Y sólo una de las mesas que quedaba por contar estaba en Tudela, el gran feudo de I-E (donde tiene un 7,4% de voto al Parlamento) que podía equilibrar algún tropiezo en el recuento. Pero no hizo falta.

I-E apenas podía creerlo, pero logró algo más del 3% sobre 1.026 votos emitidos en el CERA, unos 32-35 votos. Con ese margen, ya sólo necesitaban que de las 17 mesas saliesen unos 200 votos. Y salieron 211, después de un conteo agónico que solucionaron las tres últimas mesas: Tudela, que aportó 36 votos; Egüés, 28; y Villava 25, más que las ocho mesas de Pamplona juntas. “¡Entramos!”, fue el mensaje que brotó de un alto cargo de la coalición, pasadas las seis y diez de la tarde. I-E había conseguido superar el match-ball del CERA, y entre los márgenes y los 211 votos de las 17 mesas ponerse por encima del 3%, y por tanto entrar con un escaño al Parlamento de Navarra.