pamplona - El PSN está decidido a seguir adelante en su intención de liderar un gobierno progresista de la mano de Geroa Bai, Podemos e I-E. Y no se plantea ni un escenario “A, B ni C” facilitar, de la manera que sea, la vuelta de la derecha al poder. A pesar de que las voces provenientes del PSOE -ayer las de Ábalos y la vicepresidenta, Carmen Calvo- hayan dejado claro que Ferraz tendrá la última palabra en la conformación de un gobierno sobre el que EH Bildu tendrá que posicionarse, algo que no gusta ni un pelo a Madrid. “Hay una mayoría social en Navarra que quiere que un bloque de izquierdas lidere el Gobierno, vamos a estar a la altura y no vamos a fallar”, dejó claro Ramón Alzórriz, número dos de María Chivite y quien dio cuenta de la reunión que mantuvo su partido con Eduardo Santos, secretario general de Podemos Navarra. Y por si quedaban dudas dijo que “Esparza no es creíble”, que el PSN “no va a dar sus votos para que sea presidente” y que además el líder de Navarra Suma tiene “matrícula de honor en alta traición”, por ofrecer ahora su abstención en el Congreso cuando en el pasado se opuso a Sánchez y va coaligado con PP y Ciudadanos. “Traiciona hasta a sus propios socios”, medio se choteó Alzórriz. “Sólo contemplamos hacer un gobierno progresista. Es nuestro leitmotiv: no queremos volver a gobiernos anteriores ni a gobiernos donde lo identitario es lo prioritario. Las dos reuniones [contando la de Geroa Bai] han sido positivas y están abocadas a avanzar”.

El de ayer fue un encuentro más corto y, en realidad, menos relevante. Con 2 escaños de 50, Podemos no puede hacer mucho más que apoyar la única alternativa a la derecha que a día de hoy se atisba en el horizonte político navarro. “Somos muy realistas y sabemos con qué fuerzas contamos”, asumió Santos. Pero esa posición no impidió que la comparecencia de Santos no tuviese su miga.

confianza mutua De entrada, ve en el PSN decisión para seguir adelante, pese a todas las voces que auguran que Ferraz terminará desbaratando la operación. Al menos, el discurso del PSN le sonó convincente: “No tenemos por qué desconfiar de la palabra dada”. Es cierto, no obstante, que “existe un marco mental que se llama agostazo y marzazo”. También que Podemos espera que todo se decida “en Navarra”. Pero el planteamiento de Podemos no puede ser “excéptico radical”, de que “esto no va a salir”. “Porque eso sería tanto como reconocer que el único gobierno posible es el de Navarra Suma”, reflexionó Santos.

Parece claro que los dos votos de Podemos estarán del lado de Chivite, siempre que vaya en serio. A partir de ahí, pocas cosas más se concretaron. Se habló de los ayuntamientos en genérico, y Santos adelantó que lo suyo sería confeccionar un acuerdo programático basado en lo social para gobernar, una propuesta que insinuó que el PSN asumió de buen grado. “Hay que priorizar lo social, la educación, la sanidad”, compartió Alzórriz. Sintonía, en un primer momento, que tendrá que concretarse en un documento base y que, en todo caso, ratificará -o no, precisó Santos- la asamblea de Podemos, el órgano que decidirá si la formación morada en Navarra tiene que transitar por esta vía del gobierno progresista a 23.

De lo que no se habló fue de entrar al Gobierno, la idea fuerza con la que Iglesias ha querido redirigir el rumbo del partido. “Tenemos que ser extremadamente prudentes”, terció Santos, al ser preguntado. “Tenemos un mal resultado de dos escaños: vamos primero a construir una confianza política, después un acuerdo programático, y si todo esto fructifica y va a buen puerto entonces podremos hablar de este tema [la entrada al Gobierno]”.

Tener éxito pasará, también, por asumir que con 23 escaños nadie se libra de tener que “hablar con todos”. Aunque sea algo en lo que Podemos ayer no quiso entrar cuando le preguntaron por EH Bildu: “Podemos no tiene nada que decir sobre las decisiones que toma el PSN sobre con quién negocia”.