SAN SEBASTIÁN. Eneko Goia, proclamado este sábado de nuevo alcalde de San Sebastián, repite al frente del Ayuntamiento donostiarra y apuntala al PNV en una institución que se le había resistido durante 28 años, después de labrase en los últimos 4 años la confianza de casi todos y gestionar los asuntos municipales desde un talante sobrio y dialogante, alejado de estridencias.

Lo certifica el hecho de que para este segundo mandato la candidatura jeltzale logró en las urnas reforzar su apoyo, con un récord de 34.000 votos (un 35,54 % del total) y 10 concejales, uno más de los que tuvo en el periodo 2015-2019.

Al PNV le siguen, en la nueva corporación donostiarra constituida este sábado, EH Bildu, con los mismos 6 ediles que en la anterior legislatura; el PSE-EE, su socio de gobierno antes y previsiblemente también a partir de ahora, que se ha visto relegado a la tercera plaza, con 5 concejales; el PP, con 3; y Elkarrekin Podemos, con otros 3.

Eneko Goia es un hombre moderado y sereno en las formas, nada dado a los sobresaltos, las polémicas y las estridencias, lo que le ha valido la confianza de una importante mayoría de donostiarras en una ciudad bastante clásica y poco proclive a los grandes cambios.

Debido a ese talante prudente, no levanta pasiones pero tampoco fobias, de manera que, tanto su equipo de colaboradores como sus adversarios políticos, reconocen en él a una persona inteligente y astuta, con capacidad de escucha, diálogo y acuerdo.

De su perfil político, destaca su posición favorable a la independencia pero que separa debidamente de su gestión como alcalde, porque, como se le ha escuchado decir, "una cosa es lo que se piensa y otra lo que se hace para todos". De ahí que su trabajo en los últimos 4 años haya sido plural y en colaboración con los socialistas, de ideario bien distinto pero con coincidencias fundamentales en su visión de ciudad.

Nacido hace 47 años en Donostia, en el barrio de Amara, donde vivió la mayoría de su infancia y juventud, Goia entabló sus primeros contactos con el mundo político y social en su época de universitario, cuando empezó a colaborar en un sindicato estudiantil y después se unió a EGI, las juventudes del PNV.

Licenciado en Derecho por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y diplomado en Derecho Comunitario por Deusto, en 1996 comenzó a ejercer como profesor en el Instituto Superior de Marketing del País Vasco, en San Sebastián.

Ese año dio el salto a la política, cuando entró en el GBB, la ejecutiva guipuzcoana del PNV, en la que permaneció más diez años, a la vez que en 2005 fue elegido parlamentario vasco, labor que desempeñó hasta que, en 2007, Markel Olano lo incorporó al gobierno de la Diputación de Gipuzkoa como diputado de Infraestructuras Viarias y portavoz foral, hasta 2011.

Fue entonces cuando aspiró por primera vez a la Alcaldía donostiarra, que sin embargo obtuvo Juan Karlos Izagirrre (Bildu), y fue elegido concejal y portavoz del PNV en el Ayuntamiento, hasta 2015 cuando resultó ganador, pactó con el PSE-EE su primer equipo de gobierno y recuperó el bastón de mando que no tenían los jeltzales desde la salida de Ramón Labayen en 1987.

Amante de largas conversaciones, que es capaz de mantener en euskera, castellano e inglés, y muy familiar, mantiene un estilo de vida "normal" en el barrio de Aiete, adonde se trasladó con su mujer Leire y sus tres hijos, más el niño de 5 años que tienen en acogida, desde Aia, municipio guipuzcoano en el que se había instalado unos pocos años antes pero que abandonó al convertirse en alcalde.