pamplona - Tres días después de la reunión de la Moncloa entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, la negociación para un “gobierno de cooperación” ha encallado en las carteras ministeriales, toda vez que el Gobierno ha dejado claro que no habrá ministros de la formación morada. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, reclamó a la formación morada que responda si acepta la “oferta” de puestos intermedios en el Gobierno que, según aseguró ante los periodistas, le hizo Pedro Sánchez el lunes.

Fue la vicepresidenta del Gobierno quien expresamente ha situado fuera del Consejo de Ministros a los cargos de Unidas Podemos que pudieran sumarse a ese nuevo gobierno. Calvo explicó que Sánchez ofreció a Iglesias “algunos puestos de responsabilidad importante”, pero a renglón seguido remarcó que “desde luego no son en el Consejo de Ministros”, descartando así ministros del partido de Iglesias.

“La oferta que ha hecho el presidente no está ubicada en el Consejo de Ministros”, insistió Calvo, sino en responsabilidades “políticas y administrativas importantes” en la Administración General del Estado, sin especificar qué tipo de puestos podrían ser los reservados a la formación morada. Así, la vicepresidenta considera que es ahora a Unidas Podemos a quien le toca contestar “si le convienen o no a sus objetivos que sigamos trabajando en políticas socialistas progresistas”.

Para la vicepresidenta, la fórmula del Gobierno de cooperación que Sánchez ha ofrecido a Iglesias es “bastante fácil de entender”, máxime cuando el PSOE y Unidas Podemos han estado durante “un año trabajando juntos en el Parlamento” para sacar adelante las leyes impulsadas por el Ejecutivo para revertir algunos de los problemas .

Las conversaciones no se limitan a la formación morada, porque, según recordó, los diputados del PSOE y de Unidas Podemos no suman mayoría absoluta y hacen falta más apoyos. Un respaldo que ayer se complicó más tras el acuerdo de los socialistas navarros con los nacionalistas para dar la Presidencia del Parlamento de Navarra a Unai Uhalde, del PNV. Y aunque el presidente de UPN, Javier Esparza, ha advertido de las consecuencias que puede tener para la investidura de Sánchez, que se podría facilitar gracias a sus dos escaños en el Congreso, Calvo desvinculó ambos ámbitos.

Calvo también respondió a Pablo Iglesias, quien ha señalado en varias ocasiones que Pedro Sánchez no ha planteado ningún veto personal en las conversaciones mantenidas hasta ahora. “La oferta ha sido a Unidas Podemos”, insistió Calvo, para añadir: “El presidente no determinará las personas que puedan estar en nombre de Unidas Podemos”.

“Estamos esperando que Unidas Podemos pueda ya dar una respuesta y que avance algo respecto a la oferta formulada por el presidente”, ha urgido Calvo, haciendo hincapié en que es Unidas Podemos la que tiene que decir que si “conviene o no a sus objetivos” seguir trabajando en “políticas sociales y progresistas con acuerdos en el trabajo legislativo y asumiendo responsabilidades de esta naturaleza”.

discreción En Unidas Podemos creen que el problema no está en las personas, sino en las medidas programáticas que plantea el grupo confederal y que pasan por elevar el SMI a 1.200 euros, intervenir el mercado del alquiler o bajar el precio de la luz.

Desde la formación morada, el secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, se mostró molesto con el Gobierno por la publicidad de su oferta a Iglesias: “No hay que negociar a través de los medios de comunicación, hay que ser discretos”, dijo. Así que no quiso revelar cómo su partido acoge hoy por hoy la determinación socialista por un gobierno monocolor, más allá de mostrarse dispuestos a “hablar todo lo que haga falta” y puntualizar que “hay que ceder, transigir y llegar a puntos intermedios”.

“El tema de los equipos va a al final y estamos preparados para considerar todas las posiciones. La nuestra sabéis cuál es y es muy clara”, manifestó sobre la aspiración de Podemos a contar con ministerios en el futuro Gobierno de Sánchez.

De manera similar, antes de la declaración de Calvo, la portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero, había apostado por un acuerdo de gobierno “completo” con el PSOE que implica “negociarlo todo”, es decir, los programas y también los equipos, y volvía a defender la entrada de Unidas Podemos en el Gabinete de Sánchez.

Y mientras la ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, reiteró que el Gobierno quiere una investidura “cuanto antes”, en julio, destacados socialistas como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el expresidente del Congreso, José Bono, emitieron opiniones discrepantes sobre la oferta a Podemos.

Zapatero dijo desde Santander que el posible “gobierno de cooperación” a él le “suena bien”, aunque advirtió de que esa fórmula necesita tiempo. Bono pidió a Iglesias que sea “modesto” y admita que perdió 29 diputados; a su entender, como “aquello de asaltar el cielo ya ha pasado”, ahora está “en el purgatorio político” y “de ahí no está bien sacar ministros”.

Sánchez es consciente de que la mayoría de los dirigentes del partido no quieren un Gobierno de coalición, ni que haya miembros de esta formación sentados en el Consejo de Ministros. Así lo han manifestado ya en público varios barones, entre ellos, el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara, quien se mostró partido de un Gobierno en solitario; o el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, quien llegó a insinuar que Sánchez suelte “lastre” con Pablo Iglesias.

Pero, aunque nadie lo dijo en voz alta en la última reunión de la Ejecutiva Federal, la opinión de la mayoría de los dirigentes socialistas es similar a la de los dos presidentes autonómicos, y consideran una equivocación la entrada de la formación morada en el Gobierno, y así se comentó en los corrillos de la reunión, según diversas fuentes consultadas.

También se pronunciaron el secretario general de CCOO, Unai Sorgo, quien pidió no “demonizar” un posible gobierno de coalición, y el de UGT, Pepe Álvarez, quien no ve negativo que la formación morada se incorporara al Ejecutivo, aunque tampoco le parecería “drámatico” que no entrara. - D.N.