El gran favorito para suceder a la primera ministra británica, Theresa May, el exministro de Exteriores Boris Johnson, vio ayer enturbiada su campaña con la publicación de un altercado doméstico que ha copado las portadas de los diarios británicos.

Aunque la exclusiva es del periódico The Guardian, no hubo medio en el Reino Unido que no se hiciera eco ayer de la pelea a gritos que protagonizó el antiguo alcalde de Londres, de 55 años, con su novia, Carrie Symonds, de 31.

Según relata el citado medio, un vecino del domicilio que comparte la pareja en el sur de Londres escuchó “gritos, portazos y golpes” la noche de jueves.

“¡Déjame en paz!” y “¡Vete de aquí” fueron algunas de las frases que el testigo aseguró escuchar que le gritaba Symonds a Johnson, por lo que, preocupado por el bienestar de la mujer, decidió llamar a la puerta de la vivienda.

Tras insistir y no recibir respuesta alguna, el vecino decidió alertar a las autoridades, que se personaron en la casa a las 00.24 horas del viernes.

Según un escueto comunicado emitido por la Policía Metropolitana de Londres, la pareja atendió a los agentes que constataron que ambos estaban “a salvo y bien” por lo que no consideraron pertinente ningún tipo de “acción policial”.

De acuerdo con la versión del testigo recogida por los medios, Symonds recriminó a su novio haber manchado el sofá con vino tinto y le chilló que era “un malcriado” al que no le importa “nada”.

Por su parte, el antiguo alcalde de Londres le dijo a la joven, antigua relaciones públicas de los “tories”, que no tocara su “jodido ordenador”.

Sin embargo, algunos miembros del la formación conservadora han restado credibilidad a la versión del vecino, como por ejemplo el secretario de Estado de Seguridad británico, Ben Wallace, quien desechó la historia y atacó a los “izquierdosos” vecinos de Johnson en un mensaje en Twitter que posteriormente borró.

Por su parte, la veterana diputada laborista Mary Creagh aprovechó el incidente para sugerir que el candidato a ocupar el número 10 de Downing Street tiene “un problema con las mujeres”.

Johnson se separó de su segunda mujer, Marina Wheeler, el año pasado, tras 25 años de matrimonio y cuatro hijos en común, al tiempo que saltaba a la palestra su relación con Symonds, 24 años menor que él.

Entre 1987 y 1993 estuvo casado con Allegra Mostyn-Owen y a lo largo de su dilatada carrera los tabloides británicos le han atribuido numerosas amantes.

La discusión con su novia se ha convertido en una piedra en el camino de Johnson a Downing Street que pone patas arriba una campaña en la que ha tratado de suavizar su imagen y mantener un perfil mediático bajo para evitar decir o hacer nada inapropiado.

El político rechazó participar la semana pasada en un debate con el resto de aspirantes conservadores, aunque días después sí acudió al debate que organizó la cadena pública BBC en el que se midió con el ministro del Interior, Sajid Javid, el ministro de Medioambiente, Michael Gove, el ministro de Desarrollo Internacional, Rory Stewart, y el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt.

Tras la última votación celebrada el pasado jueves entre los parlamentarios “tories” solo quedan como aspirantes a suceder a May Johnson y Hunt.

Serán los 160.000 afiliados conservadores los encargados de escoger a alguno de los dos en una votación que tendrá lugar el mes que viene.

Se prevé que para la semana del 22 de julio se conozca quién es el ganador, que deberá ejecutar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

Stanley Johnson, el padre

Autor de varios libros, defensor ferviente del medio ambiente, culto y gracioso, así se conoce al padre del candidato. Con una copa de champán en la mano, celebraba las mejores escenas de su participación en el programa I’m a Celebrity. Son muy conocidas las broncas padre-hijo en el referéndum del brexit de 2016. Stanley es un firme defensor de la permanencia del Reino Unido en la UE.

Jo Johnson, el hermano predilecto

Su educación europea, detrás de las andanzas y destinos de su padre, y su trabajo como periodista del Financial Times le han convertido en la antítesis política de su hermano. Como diputado, batalló contra el brexit, defiende que se celebre una nueva consulta sobre la salida del Reino Unido de la UE, y llegó a dimitir de su modesto puesto en el Gobierno británico como protesta por el torpe manejo de la situación de Theresa May.

Leo Johnson, el feliz

Periodista, divulgador, apolítico, el hermano de Boris, Leo Johnson, está obsesionado con lograr que el Reino Unido sea un lugar más feliz, y lo intenta cada semana con su programa de radio en la BBC Hacking Happiness (Pirateando la felicidad). Ha confesado que el secreto para tener una buena relación con su hermano Boris es no hablar de política.

rachel Johnson, la hermana pro gibraltar

Presentadora de televisión, periodista, tertuliana, “nacida anarquista y con un terrible deseo por lograr que las cosas sean más divertidas; una pequeña bomba nuclear antiaburrimiento”, según su hermano Leo. Se presentó en representación de Gibraltar en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, en las listas de la recién creada formación Change UK.

Marina Wheeler, la exmujer

Abogada y Consejera de la Reina. Se ha especialiazado durante años en derechos humanos. Es además la madre de cuatro hijos de Boris Johnson y la mujer con quien más ha compartido su vida. Acaban de divorciarse tras perdonarle ella varias infidelidades.

carrie symonds, su nuevo amor

Es la exrelaciones públicas del Partido Conservador. Tiene 31 años y a ella se le atribuyen las mejoras en el estilo y el físico de Johnson, y su estrenada templanza a la hora de abrir la boca. “Mi osito borrachín” (Boozie Bear), dicen que llama al político en la intimidad. Con ella se han acabado las noches de vino y ha comenzado un nuevo mundo para Boris: el yoga.