pamplona - Habemus fecha de investidura. Tras varias semanas de incertidumbre, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, fijó junto a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para el 22 de julio como primera votación del candidato del PSOE el día 23. Sánchez se da así tres semanas para negociar y recabar apoyos para una investidura a la que llega, por ahora, sin apoyos más allá del cántabro Miguel Ángel Revilla. Batet explicó ayer que ambos consideran que estas fechas son las idóneas para “hablar con los grupos parlamentarios y garantizar su investidura”.

La sesión de investidura comenzará el lunes 22 a mediodía, con la exposición inicial del propio Sánchez, y se reanudará a las cuatro de la tarde con las intervenciones de los portavoces de los distintos grupos. Ésta continuará al día siguiente con los portavoces que falten por hablar y después se celebrará la primera votación del candidato, que precisará de mayoría absoluta de la Cámara para ser elegido. Si no lo consigue, la votación se repetirá 48 horas más tarde, el jueves 25 de julio, donde solo necesitará de mayoría simple para lograr su objetivo de dejar de lado el adjetivo de en funciones.

Esta decisión, tomada a través de una conversación telefónica, era esperada por todos los grupos políticos del Estado que no han tardado en reaccionar. Sus posibles aliados, Unidas Podemos, dejaron ver su descontento con el proceder del Gobierno. La portavoz de la formación morada, Irene Montero, acusó a Batet de “falta de respecto institucional” por anunciar la fecha para el debate de investidura sin informarles previamente, aunque la presidenta insistió en que sí lo hizo. En un mensaje en su cuenta de Twitter, Montero criticó este comportamiento de Batet por realizar el anuncio “sin comunicarlo antes a los grupos” y apostilla: “(al menos al nuestro)”. Desde Unidas Podemos explicaron que la presidencia del Congreso había mandado “un WhatsApp a los miembros de la Mesa dos minutos antes de salir” y que Montero no tenía ninguna llamada de la presidenta.

descontento morado A pesar de la intención de negociar con las distintas formaciones a partir de la próxima semana, Pedro Sánchez se enfrenta al descontento de sus posibles aliados para formar gobierno. Irene Montero ve la fecha de investidura como una falta de respeto institucional “innecesaria”, y asegura que es un “síntoma de que el interés del PSOE es más una investidura fallida que un acuerdo de Gobierno”. Montero colgó un tuit en el que reflejaba la fecha elegida del 22 de julio y advertía de que “Sánchez camina a una investidura fallida sin negociar nada con nadie para presionar a Cs” pero aún así considera “posible un gobierno de coalición progresista en julio”. Así, este primer mensaje termina con un: “No renunciamos”.

Sin embargo, desde Ciudadanos, su líder Albert Rivera dio de nuevo un portazo a Sánchez y sin quitarse su disfraz de oposición a los socialistas mantuvo su “no” y le urgió a negociar con “sus socios” de Unidas Podemos y los nacionalistas. “No tengo nada más que hablar de las tres veces que he hablado con Sánchez”, manifestó, subrayando que “cuando uno tiene que formar gobierno, se sienta con sus socios y forma gobierno, no con la oposición”. Rivera pidió a Sánchez que “no maree la perdiz” y que “se ponga en marcha” formando un comité negociador para iniciar conversaciones.

Quien sí se reunirá con Sánchez será el líder del PP, Pablo Casado, que denunció la “estrategia partidista y personal” que a su criterio está siguiendo el presidente en funciones. Un encuentro que ve como “una obligación” ya que para él, “los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía” porque ya conoce el “no” del PP. Además, deslizó la posibilidad de que el candidato socialista esté intentado “forzar nuevas elecciones, pero ha insistido en que a su partido no le da “miedo” ese escenario, que sería “una tremenda irresponsabilidad”.

dispuestos a hablar Quienes sí mostraron su disponibilidad a hablar fue la portavoz de en Comú-Podem en el Parlament, Susana Segovia, que se mostró conforme con la fecha porque esta “da margen” para conseguir un acuerdo de la formación morada con el PSOE para un gobierno progresista. Segovia que aseguró que a día de hoy “es difícil saber” qué votaría su grupo en la investidura.

Por su parte, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, advirtió de que la convocatoria de otras elecciones generales es una posibilidad que no quiere ni tan siquiera plantearse porque supondría un “fracaso de la política” y de los partidos. Afirmó que el hecho de que el Gobierno siga en funciones es “ya un problema objetivo”, tras defender que “es posible y necesario” que el nuevo Ejecutivo se forme. Volvió a mostrar su disposición a negociar el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu que insistió en que está en la “mano” del presidente del Gobierno en funciones que su investidura salga adelante y le ha instado a dialogar “sin vetos ni líneas rojas”. “Volvemos a insistir en que es tiempo del diálogo y la negociación, nuestra mano está tendida”, dijo.

La pelota vuelve a estar en el tejado socialista, que deberá conseguir los apoyos necesarios para ser elegido presidente. Si las negociaciones encallan, Sánchez irá igualmente a la sesión aunque ya sepa de antemano que no cuenta con los votos suficientes. - D.N.

“No tiene elmínimo decoro”

Sánchez acusa a Rivera. El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, acusó al líder de Cs, Albert Rivera, de no tener “un mínimo decoro” institucional por haber dicho que no piensa reunirse con él dentro de la nueva ronda de contactos que llevará a cabo la próxima semana de cara al debate de investidura. Sánchez pidió a Rivera que “guarde las formas y el decoro institucional” y que “luego que vote lo que considere” en la investidura. Recordó que, aunque él tenía muchas diferencias con su predecesor Mariano Rajoy, siempre que este le llamó, acudió por “respeto”, porque era el presidente del Gobierno.