BILBAO - A Pedro Sánchez se le echa el tiempo encima pero parece no tener prisa en encarrilar su investidura antes de que el plazo expire el 23 del próximo mes. De hecho, el presidente en funciones ha retrasado hasta septiembre las reuniones previstas con el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, y con el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. La cita en Bilbao con la formación jeltzale estaba prevista para el transcurso de la presente semana pero las vacaciones del líder socialista y su posterior visita a Gran Canaria, y el desplazamiento del domingo a Biarritz por su participación en la cumbre del G-7, han ralentizado todos los movimientos, hasta el punto de que los últimos días de agosto los tiene reservados para concluir sus encuentros con los colectivos sociales.

Lo confirmó ayer la ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, quien señaló que los cónclaves con las formaciones políticas tendrán lugar después de que se consolide el “corpus” de un proyecto político programático para abordar un gobierno “fuerte y cohesionado con una única dirección política”. “Todavía hay tiempo”, añadió la dirigente socialista, quien recordó, con cierta suficiencia, que “los tiempos los marca quien más responsabilidad tiene y quien obtuvo el mejor resultado en las elecciones generales, que es el presidente”. Celaá aprovechó para advertir una vez más a Unidas Podemos que “no se observan condiciones para un gobierno de coalición, de ninguna manera. Hay suficiente desconfianza para que no resulte transitable esa opción”. Es más, comentó, en un mensaje subliminal a los morados, que el tiempo “corre para todos, no solo para este Gobierno” y todos deberán “reflexionar” sobre escenarios “deseables” para evitar nuevas elecciones el 10 de noviembre.

La intención inicial de los socialistas es desarrollar qué políticas se llevarían a cabo con su desarrollo normativo, calendario y financiación, y tratar de persuadir a Iglesias para que apoye la investidura e impulsar esas medidas, pero sin entrar en el Ejecutivo. El PSOE, quien califica de “falso dilema” la afirmación de que “o hay un Gobierno de coalición o elecciones”, respondió además a la carta remitida por Iglesias a sus bases en la que avisa de que no aceptarán el “trágala” de Sánchez, es decir, la posición de “o como yo digo, o elecciones” porque es “irresponsable y está llamada al fracaso”. En la misiva, que envió el 21 de agosto a los inscritos, justo un día después de haber remitido a Ferraz su nueva oferta programática, la formación de los círculos asegura que ni ellos “ni ninguna otra formación política puede aceptar un trágala” e insiste en que su oferta es “honesta” y está encaminada a retomar las negociaciones con los socialistas. “No hay ningún trágala”, replicó Celaá, que aprecia más opciones que un cogobierno y que “merecen la pena ser exploradas”.

Por su parte, Podemos entiende que le corresponde al PSOE responder a su militancia, “la misma que dijo con Rivera no, pese a que Sánchez pidiera antes la abstención de las derechas que el apoyo explícito de las izquierdas”, y piden al socialista que “esté a la altura del momento político”. “El documento que hemos presentado al PSOE es una propuesta honesta encaminada a entablar una negociación sistemática, que recoge nuestra voluntad para llegar a un acuerdo”, expresa en su carta, sosteniendo que el nuevo documento está basado en el que enviaron los socialistas en julio y que incluye el acuerdo presupuestario firmado en octubre y las demandas de los movimientos sociales y colectivos de la sociedad civil.

En la misiva, la formación morada desgrana las principales propuestas planteadas al PSOE así como las cuatro posibilidades para participar de un gobierno de coalición y en las que insiste en asumir una vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad y tres ministerios, distintos en función de cada opción. En un tuit, la fuerza liderada por Iglesias cree que “aún queda tiempo para formar un gobierno de coalición progresista” y “urge a impulsar políticas que luchen contra la precariedad laboral, la brecha de género, los alquileres abusivos o el cambio climático”. Peticiones todas ellas recogidas en la oferta programática trasladada al PSOE y que fue rechazada desde Ferraz por “inviable”.

el pp, listo para las urnas Lo que está claro es que Sánchez no tendrá la abstención de PP y Ciudadanos. Desde el partido de Pablo Casado, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, aseveró que Sánchez debe ponerse a negociar “de verdad” con sus “aliados naturales” para lograr su investidura o asumir que está “en una campaña electoral y que lo que quiere es ir a unos comicios”. Los populares demandan que el Gobierno en funciones “haga su trabajo” porque “en la práctica no hace absolutamente nada” y lo “único” que ha ofrecido a los ciudadanos son “cruces de declaraciones y reproches entre los líderes de Podemos y del PSOE” en un “espectáculo lamentable”. En cualquier caso, Montesinos explicó que si se produce un nuevo escenario electoral, el PP “está preparado” para afrontarlo y tomará como “ejemplo y referencia” al PP de Galicia para “reconectar con el votante de centroderecha”. Pero “es Sánchez quien debe moverse” y “desbloquear la situación política”.

Desde Ciudadanos, su secretario de Política Autonómica y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, ve cada vez más probable que haya elecciones porque si PSOE y Podemos “siguen pegándose por los sillones” considera muy posible que haya que volver a las urnas. Ello supondría un “fracaso evidente” de Sánchez, a quien recriminó que se fuera de vacaciones “sin hacer los deberes”, y le instó a “dejar de marear la perdiz” y a sentarse a negociar con sus socios naturales para configurar un Ejecutivo.