pamplona - La presidenta María Chivite compareció ayer en el Parlamento foral a petición de Navarra Suma para informar sobre la política lingüística que va a emprender su Gobierno, en una sesión marcada por la sentencia del TSJN que anula el decreto del euskera en lo referente al mérito del euskera para puestos en la zona mixta y la no vascófona. Chivite explicó que el Gobierno está estudiando qué consecuencias jurídicas tiene la sentencia y qué tendría que ésta fuera firme o recurrirla”, con todos los escenarios posibles abiertos “y estudiando todas las consecuencias de cada escenario, de si recurrimos o no, de vacío legal o no”. Lo cual, quiso destacar, “es un trabajo complejo y minucioso”, de cara a “garantizar la plena seguridad jurídica” de todos los procesos de empleo público que están abiertos, que calculó que afectan a unas trescientas personas, dijo. Al mismo tiempo trasladó “un mensaje de tranquilidad” respecto a los procesos que ya son firmes, porque las personas que obtuvieron sus puestos “tienen asegurada su plaza”.

La presidenta, que recordó que hablaba condición de jefa del Ejecutivo y no como secretaria general del PSN-PSOE afirmó que “el euskera, como lengua propia de la Comunidad, debe ser tratado con respeto, alejado de debates políticos”, y que “cualquier paso” que dé el Ejecutivo foral en política lingüística “va a estar guiado por las normas y la realidad sociolingüística de la Comunidad, todo desde una perspectiva de amplio consenso social, sindical y político”.

Chivite abogó por “un consenso que trascienda los intereses de los partidos” y por reconocer el euskera como “un patrimonio de todos los navarros que hay que cuidar, potenciar y poner a disposición de toda la ciudadanía, que pueda aprenderse y usarse desde la libre decisión voluntaria de cada ciudadano”.

La jefa del Ejecutivo aseguró que “nuestra norma base va a ser la ley foral del euskera y cualquier cambio normativo deberá ser desde un amplio consenso y siempre desde lo que se establece en la Lorafna”. También se refirió al acuerdo programático que firmaron los partidos que apoyan al Gobierno.

El portavoz de Navarra Suma, Javier Esparza, se preguntó si Chivite “se va a convertir en una cómplice de la política nacionalista”, y apuntó que la presidenta “va a tener que hilar muy fino” con la sentencia del TSJN, “porque va a tener que elegir entre posicionarse contra UGT o contra Geroa Bai y Bildu”. Insistió Esparza en el marco euskera materia “sensible”, y olvidó en su exposición a una parte de la ciudadanía navarra, que independientemente de sus adscripciones ideológicas o usos lingüísticos, también es portadora de derechos. El líder de Navarra Suma pidió al Gobierno que no recurra la sentencia, y se mostró preocupado con que el plazo para presentar recurso expire el 12 de noviembre, dos días después de la celebración de las elecciones generales.

en contra del recurso El portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, afirmó que el PSN, “no está a favor de recurrir la sentencia”, pese a que el Gobierno está analizando todos los escenarios. En ese importante aspecto coincidió con Navarra Suma, lo que dificultó su pretensión de situarse en un punto intermedio del debate. Para el PSN las sentencias favorecen la posibilidad de un reseteo parcial en la política lingüística, apelando al consenso desde una defensa de la zonificación. “No desvelamos nada”, dijo Alzórriz “si decimos que no estábamos de acuerdo con la política lingüística del anterior Gobierno, pero Esparza no se ha dado cuenta de que el Gobierno actual no es el anterior”, y trató de contrastar con Navarra Suma. “Esparza siempre habla de confrontación, de unos contra otros. La política lingüística del PSN está atada a la pluralidad de nuestra tierra. Quizá ha llegado el momento de hacer algo conjunto. Siempre se ha reclamado un pacto educativo, quizá sea el momento de plantearlo para el idioma”.

Por parte de Geroa Bai, Uxue Barkos se mostró dispuesta a una autocrítica colectiva en esta materia. Valoró Barkos que el Gobierno, “más allá de las posiciones de las formaciones políticas, estudia las consecuencias jurídicas sobre la oportunidad o no de presentación de recurso y vamos a esperar a ese análisis, pero eso no es cortapisa para expresar que nos parece importante la presentación de recurso”. “Hoy mismo, con la sentencia en la mano, sería perfectamente recurrible cualquier propuesta de mérito en cualquier concurso oposición de la Administración foral”, señaló. La expresidenta acusó a Javier Esparza de haber mentido en su intervención. “No diga que hay quien se ha quedado fuera de la administración foral por este decreto. No es verdad. Lo que cuestiona esta sentencia es exactamente lo relativo al concurso oposición, y por lo tanto al traslado de funcionarios”. Barkos también afeó a Esparza que considere “peligrosa” una entente PSN-Geroa Bai en este asunto. “Entonces a usted le suena peligrosa la democracia. Algo tan básico como que dos grupos parlamentarios propicien desde la distancia de posiciones el intento de consenso para llevar a cabo decisiones es la base de la democracia”.

El turno siguiente fue para Bakartxo Ruiz, que hizo su exposición en euskera. Para la portavoz de EH Bildu parece olvidarse que “los ciudadanos tienen derechos lingüísticos y el sentido de la Administración es dar a los ciudadanos un servicio público en todos los ámbitos, y en esa medida la Administración tiene que garantizar el derecho de los ciudadanos a dirigirse a la Administración en su lengua propia”. A juicio de Ruiz,“la sentencia nos pone en una situación surrealista y es que el euskera no se puede valorar como mérito pero si el alemán, el inglés y el francés”. Ruiz fue escéptica con la disposición al consenso mostrada por Chivite y criticó el acuerdo programático por ser en su criterio tibio y ambiguo. Asimismo reclamó sacar al euskera de discursos consabidos con tintes paternalistas, habló de “complejos” del PSN y apeló en esta cuestión a mostrar sentido de “justicia social”.

Por parte de Podemos, Mikel Buil se alegró del “mensaje de tranquilidad” de Chivite para las personas que tienen ya plaza firme: “Es una gran noticia porque nos estaba preocupando”. “Hay que debatir si se recurre o no. Pero el conflicto está en la ley del euskera, es ahí donde necesitamos amplios consensos para garantizar que la lengua crezca, pero es difícil pensar que Navarra Suma quiera que crezca”, afirmó.

La portavoz de I-E, Marisa de Simón, se mostró partidaria del recurso, ante a su juicio las contradicciones que muestra la sentencia. Coincidió con la apuesta del PSN por la búsqueda de “un acuerdo social y político sobre el euskera, uno de los elementos importantes de nuestro programa electoral”. “Hace falta ese acuerdo con participación ciudadana, sindical y de los ayuntamientos”, y defendió “garantizar los derechos lingüísticos de la ciudadanía, partir de los principios de voluntariedad, libertad y progresividad, y adaptar la política lingüística a la realidad sociolingüística de cada territorio”.

réplica de chivite Tras estas intervenciones llegó el turno de réplica de la presidenta. “Creo que es evidente que si Navarra Suma y Bildu están en contra de la posición de este Gobierno en relación a la política lingüística, refuerza la posición de centralidad que tenemos”. A partir de ahí, Chivite elevó el tono y se mostró molesta y áspera con Esparza, al que le dijo que “acordar no es claudicar”, reafirmándose en el camino emprendido de buscar acuerdos bajo un punto de “equilibrio”. Y volviendo al pronunciamiento del TSJN, enfatizó: “La sentencia no prohíbe la valoración del euskera como mérito. Lo que dice es que no se puede hacer de manera general”. Después espetó al líder de Navarra Suma: “¿Cuándo su partido ha defendido el euskera? Ni lo mínimo, ni lo básico, ni el consenso: la ley foral del euskera que su partido no apoyó”, censurando también la posición actual de PP y Cs ante el bable en Asturias, comunidad presidida por el socialista Adrián Barbón. A partir de ahí, la réplica al resto de portavoces bajó de tono. A Alzórriz le dijo que había “que dar solución a esto”. Con Barkos mostró sintonía en lo que suponen las sentencias. A Bakartxo Ruiz le recordó que la antigua mayoría de 26 de 50 de la anterior legislatura ahora sumaba 19, y ante Buil y Marisa de Simón siguió hablando en clave de consenso, para sacar el debate del ámbito “partidista”, algo que por lo visto esta semana y también en el día de ayer resulta más que complicado.

BILDU RECLAMA que haya RECURSO

“Cohesión social”. EH Bildu presentó una moción que insta al Gobierno de Navarra a interponer un recurso a las sentencias del TSJN, que “vaya en la línea” de la “cohesión social” y la “cohesión territorial” que “reivindica el acuerdo programático de la presente legislatura”. Asimismo, también reclama que no se vuelva a situar el conocimiento de euskera por debajo que el de otras lenguas. Finalmente, se insta a “garantizar la igualdad de derechos de toda la ciudadanía y a trabajar para aprobar una nueva ley del euskera que supere la zonificación”, cortapisa para “garantizar los derechos lingüísticos de los y las navarras euskaldunes”.