pamplona - El Gobierno de Navarra tiene vía libre para seguir adelante con su política tributaria. El Parlamento foral rechazó ayer las cinco enmiendas a la totalidad que presentaron Navarra Suma -3-, EH Bildu e I-E contra la deflactación de la tarifa del IRPF y las deducciones por maternidad -solo en el caso de la derecha- y la eliminación del impuesto a los bienes afectos a la actividad empresarial, y deja vía libre a que hoy la comisión de Economía y Hacienda aborde el debate sobre las enmiendas parciales, que ya serán cambios sobre el texto base presentado por el Gobierno a mediados de noviembre.

El de ayer fue un paso importante, pero no es ni mucho menos definitivo de cara a alumbrar los Presupuestos de 2020, cuyo anteproyecto no está ni siquiera aprobado. Cuando hoy acabe el debate de las enmiendas parciales, las medidas fiscales volverán al pleno el día 19, ya en sus dictámenes definitivos, que tendrán que ser ratificados definitivamente para que el Gobierno pueda decir que ya dispone del marco jurídico completo sobre el que se sustentará los ingresos el año que viene.

A partir de entonces comenzará, propiamente, el debate sobre los Presupuestos, con muchas posibilidades de salir adelante si se afianza la sintonía mutua entre el Ejecutivo y EH Bildu, y que ayer se materializó hasta en tres ocasiones, como una premonición de lo que podría pasar dentro de varias semanas: las tres votaciones en las que todo el arco progresista unió sus votos -que representan 30 escaños sobre 50- contra las enmiendas a la totalidad de Navarra Suma, de nuevo aislada y sin capacidad para recabar más apoyos.

dos modelos Porque, por encima de la concreción de cada paquete de medidas, el debate de ayer -que arrancó a las nueve de la mañana y terminó a las dos de la tarde- estuvo atravesado por una idea general: la sensación de que los partidos políticos navarros ofrecen dos modelos fiscales diferentes, y que uno tiene más apoyos que el otro. Está por un lado el modelo de impuestos a la baja, reducción de tipos para las empresas y exenciones al Patrimonio por el que aboga Navarra Suma, y que tiene 20 votos. Y en el otro lado está un modelo de progresividad fiscal, garantía de sostenimiento de las cuentas públicas en base a ingresos estables y exigencia de que los que más tienen -grandes empresas, grandes fortunas- aporten más, al menos para que la brecha entre lo que se recauda por rentas del trabajo y rentas del capital se acorte. Ahí coinciden, con alguna discrepancia pero compartiendo lo fundamental, PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, a día de hoy una holgada mayoría. Mayoría, además, a la que ayuda a cohesionar, paradójicamente, Navarra Suma.

Porque lejos de provocar una grieta en el Gobierno -con la derecha buscando sin parar un desmarque del PSN a base de denunciar sin parar “incoherencias” con respecto a la pasada legislatura-, la derecha está consiguiendo que PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E se parezcan cada vez más a un bloque, con sus mil diferencias, pero capaz de unirse contra los postulados de Navarra Suma, que quizá de manera un poco torpe se está quedando atrás en el debate pese a que algunas de sus medidas no difieren tanto de las que podrían compartir PSN o Geroa Bai. Sirva el ejemplo de los impuestos al patrimonio empresarial, oposición contra natura en la derecha que varios grupos -desde Geroa Bai a I-E- apostaron que terminará corrigíendose. Pero un empeño por diferenciarse a toda costa en materia fiscal le ha llevado a plantar cara en una batalla que está perdida de antemano. En cualquier caso, el Gobierno salvó ayer su primer gran trámite de cara a los Presupuestos, que ya encara con la seguridad de que, si la situación no da un auténtico vuelco, se sustentarán bajo la guía económica que puede respaldar una amplia mayoría en el Parlamento.

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enmiendas rechazadas El Parlamento de Navarra rechazó ayer cinco enmiendas a la totalidad. Tres de Navarra Suma contra la deflactación de la tarifa del IRPF, las deducciones por maternidad y Patrimonio; a esta última también presentaron EH Bildu e I-E.