La pandemia no solo ha tenido un impacto en la recaudación fiscal, también en el gasto presupuestario. En lo que va de año la inversión pública del Gobierno de Navarra se ha disparado un 11%, en su mayor parte para hacer frente a las necesidades sociales, económicas y sobre todo sanitarias provocadas por la crisis de la covid-19. A 31 de agosto la Administración foral había invertido 2.860 millones, 285 más que en el mismo periodo del mismo anterior. Una parte corresponde al incremento fijado ya en los presupuestos aprobados en febrero, en los que se había previsto un aumento de la inversión pública del 6% respecto al año anterior. Sin embargo, la mayoría, 194 millones, son ampliaciones y créditos extraordinarios aprobados desde marzo con el inicio de la pandemia.

La previsión del Gobierno es cerrar el ejercicio de 2020 con una inversión pública total de 4.768 millones. Y aunque habrá partidas inicialmente previstas que por diversos motivos no se van a poder gastar antes de final de año, la reordenación de algunas de ellas hacia cuestiones más prioritarias apunta a una alta ejecución. De hecho, en los ocho primeros meses el Gobierno de Navarra había gastado el 60% del presupuesto, una cifra ligeramente superior a la del año anterior (58,5%).

El mayor incremento de gasto, como es lógico, corresponde al Departamento de Salud, que ha invertido ya en su gestión 44,8 millones más. De hecho, el Gobierno ha ampliado el presupuesto del área sanitaria en 87,8 millones para el conjunto del ejercicio. La previsión es que a final de año el gasto alcance los 1.251 millones, una cuarta parte de todo el presupuesto de la Administración foral.

También se ha incrementado de forma importante el presupuesto de Desarrollo Económico, 62 millones más frente a los 84 inicialmente presupuestados. Igualmente ha crecido el presupuesto de Cohesión Territorial (35 millones) y Derechos Sociales (24,5 millones).

Por capítulos, el mayor aumento se corresponde con el capítulo de personal, que hasta finales de agosto se había incrementado en un 10% respecto al mismo periodo de 2019. En total, las retribuciones han supuesto en los primeros ocho meses del año 85 millones más que en el mismo periodo del año anterior.

También se han incrementado de forma importante las transferencias de capital, fundamentalmente ayudas para hacer frente a la pandemia, que han crecido un 26,6%. No obstante, su impacto en el conjunto del presupuesto es inferior, de 11 millones más. Los pasivos financieros (amortizaciones de deuda), prácticamente se han duplicado.

Ejecución presupuestaria Pese a las dudas que la situación financiera provocada por la pandemia había creado en ejecución presupuestaria, al menos hasta agosto la inversión se mantenía en niveles similares a años anteriores, aunque algo descompensada por capítulos. Si bien las operaciones corrientes (gasto de personal, gastos corrientes y transferencias corrientes) cuentan con un nivel de ejecución alto, las transferencias de capital y las inversiones reales apenas alcanzan un 23% y un 36% de ejecución, respectivamente. Lo que apunta a que en el ejercicio actual se van a priorizar los gastos que garantizan el funcionamiento ordinario de la Administración.

Así lo confirma también la ejecución por departamentos, donde se observa un nivel de inversión muy dispar según las áreas. Contrasta, por ejemplo, Cohesión Territorial, donde se ha ejecutado ya un 77% del presupuesto de todo el año, con Desarrollo Económico, que solo ha invertido tres de cada diez euros de su presupuesto. También es llamativamente bajo el nivel de ejecución presupuestaria de los departamentos de Ordenación del Territorio y Vivienda (35%), Desarrollo Rural y Medio Ambiente (33,2%) y Relaciones Ciudadanas (36,9%). El resto, salvo Cultura y Deporte (45,9%), oscilan entre el 50% y el 60% de ejecución, cifras más lógicas a estas alturas del ejercicio.

La ejecución presupuestaria será un tema importante en las próximas semanas, en las que el Ejecutivo foral debe presentar el techo de gasto para el próximo año y fijar las previsiones para este. De momento, la caída de la recaudación está estimada en el 13,3%, unos 538 millones. Una cifra elevada, pero no tanto como se llegó a prever en mayo, y que el Gobierno foral confía en cubrir con el superávit del año pasado y nueva deuda. Habrá sin embargo que reordenar partidas para cubrir los gastos añadidos, por lo que aunque el nivel de inversión final alcance las cifras previstas, las inejecuciones pueden ser importantes en algunas áreas.

TOTAL60,0%

TOTAL194,3

Datos a 31 de agosto (en millones)