No era seguramente el pleno que hubiera deseado María Chivite. El primer Debate sobre el estado de la Comunidad de la legislatura, el primero como presidenta, llegaba condicionado por la pandemia, que ha deslucido notablemente el pleno sobre política general. Sin apenas público, y con solo un acompañante por portavoz -la presidenta ha estado junto a sus dos vicepresidentes, todos manteniendo las medidas de seguridad-, la puesta en escena y la urgencia sanitaria han deslucido notablemente una jornada que en otras circunstancias hubiera monopolizado el debate de los últimos días. Hoy todo parece secundario, aunque no lo sea.

Porque el debate de esta mañana tiene su importancia. Para valorar la gestión del Gobierno, envuelto en una tormenta permanente desde la irrupción del coronavirus en marzo, y cuya gestión sectorial ha quedado en segundo plano. Y para concretar también cuáles son las prioridades del Ejecutivo de Chivite y la senda que pretende fijar para los próximos meses.

En ello se ha esmerado la presidenta, que durante más de hora y media ha destacado las actuaciones del Gobierno durante su primer año de mandato, que comenzó con buenos datos económicos y expectativas optimistas que se han visto empañadas por la pandemia.

Chivite ha hecho un repaso detallado de la actuación de su Gobierno en cada uno de los departamentos, subrayando así la apuesta por la transformación digital del Gobierno, la defensa de la economía social y la búsqueda de un desarrollo sostenible. Navarra, pese a todo, ofrece datos que invitan al optimismo, ha querido destacar Chivite.

No ha habido sin embargo grandes novedades en la intervención de la presidenta, que los últimos días había aprovechado para anunciar los principales proyectos que el Gobierno prevé desarrollar a corto y medio plazo. Las inversiones que van a optar a los fondos europeos, la construcción del Canal de Navarra o la transferencia de Tráfico, que Chivite prevé "en breve", ya habían sido avanzados a lo largo de la semana, por lo que la jornada de hoy tampoco será de las que pase a la historia. No había conejos de la chistera que exponer a modo de golpe de efecto con el que condicionar el debate.

Ibai Fernandez, sobre el debate del estado de la Comunidad

Ibai Fernandez, sobre el debate del estado de la Comunidad

Chivite no ha ocultado la dificultad de la situación, que de una forma u otra ha condicionado toda la labor de su Gobierno. Así ha quedado en evidencia en el repaso realizado área por área. No hay departamento que no se haya visto afectado por la gravedad de la pandemia. Pero ha querido subrayar, de manera excesivamente autocomplaciente en algunos momentos, la respuesta que se ha dado en cada uno de los ámbitos. La autocrítica queda, una vez más, para el turno de la oposición.

Navarra no está tan mal, ha venido a describir la presidenta, que ha esbozado toda las medidas dirigidas a mantener una vida lo más normal posible en medio de la pandemia. Un mérito que ha querido extender al conjunto de los empleados públicos, a los que en varias ocasiones ha reconocido el esfuerzo extraordinario realizado estos meses. En en especial Salud y Educación, las dos áreas que más inversión han requerido, y a quienes ha garantizado dotación presupuestaria suficiente durante el próximo año.

La urgencia sanitaria y las dificultades económicas que asoman ya en el horizonte invitaban a un debate sobrio y de perfil bajo, sin grandes algaradas ni grandilocuencias. Y así ha sido. 552 nuevos casos positivos de Covid que ha anunciado la propia Chivite, y las 50 personas que hoy siguen en la UCI dejan claro dónde está hoy la prioridad. "Afrontamos un otoño y un invierno difícil y duro", ha advertido Chivite. Lo que invita a una réplica también de guante blanco por parte de la oposición, en especial por la derecha, que las últimas semanas tampoco ha querido elevar la tensión a los niveles que sí se han visto en el Congreso de los Diputados. No sería entendible una bronca política hoy en el Parlamento, y no será así.

La intervención de Chivite de esta mañana deja sobre todo una llamada a la unidad política para hacer frente la complicada situación social, económica y sanitaria que Navarra tiene por delante. Una realidad que el Gobierno asume ya sin tapujos, y ante la que reclama el apoyo del Parlamento. "Contribuyamos desde las instituciones, desde la política, a dignificar nuestra tarea haciéndola más útil, más propositiva y más encaminada al consenso que al disenso", ha reclamado la jefa del Ejecutivo.

La mano tendida queda así sobre la mesa, pero con la misma ambigüedad que hasta ahora. El Gobierno cuenta con una base parlamentaria, sólida pero insuficiente, formada por PSN, Geroa Bai y Podemos. Y con dos socios dispuestos a darle mayoría parlamentaria, EH Bildu y Navarra Suma, pero que hoy le van a exigir más detalle en sus propuestas. Pero, sobre todo, que defina dónde va a buscar el apoyo presupuestario y fiscal, lo que indirectamente marcará también la política de alianzas para todo el año que viene, en los que la incertidumbre invita a consolidar una mayoría estable que evite zozobras añadidas. Es el marco de debate que queda para el día de hoy.