- El PNV quiere que el Gobierno español ponga el termómetro al Ejército e investigue si existen pulsiones golpistas o ultraderechistas, y pasado mañana le preguntará en el pleno del Congreso de los Diputados qué piensa hacer para eliminar los posibles focos de ideología totalitaria en las tropas. La irrupción de cientos de militares retirados en el debate político, dejando en el cajón su neutralidad y lanzando una cascada de manifiestos y cartas al rey en contra del Gobierno PSOE-Unidas Podemos, ha indignado a buena parte de la clase política. También preocupa el chat de Whatsapp en el que exmiembros del Ejército del Aire hablan de “fusilar a 26 millones” de personas. El Gobierno español ha colocado un cortafuegos sobre el Ejército matizando que no hay que confundir los pronunciamientos de estos militares retirados con el sentir de los miembros en activo y sus nuevas generaciones. A todo ello se le suma que estos militares retirados tendrían una capacidad de actuación limitada y no supondrían, para muchos, una amenaza real por estar jubilados y por su edad avanzada. Su actuación ha sido bautizada como ruido de sables, pero de sables oxidados, con un filo que ya no corta. Aun así, queda la duda de si existen soldados en activo con la misma ideología o que puedan verse contagiados en el futuro por este clima y, por ello, el PNV ha registrado una pregunta para que la ministra de Defensa, Margarita Robles, aclare el miércoles “qué piensa hacer para eliminar los posibles focos de ideología totalitaria en el Ejército español”.

El jeltzale Joseba Agirretxea quiere conocer qué tiene previsto hacer el Gobierno ante los hipotéticos brotes que pudieran surgir entre las fuerzas armadas. El PNV ya había registrado una batería de iniciativas de su portavoz, Aitor Esteban, para que el Gobierno español responda si puede asegurar con rotundidad que estos pronunciamientos son en exclusiva de militares retirados y no hay ningún miembro en activo que los suscriba.

La propia ministra aseguraba en una entrevista ayer en La Vanguardia que las fuerzas armadas “actuales” son “totalmente democráticas”. Decía que estos militares son una minoría, incluso entre los soldados retirados. “Los militares en activo son plenamente constitucionales, gente preparada, formada, que, pese a recibir unas retribuciones muy bajas, están muy comprometidos con todos los españoles”, señalaba.