iene un tiempo con cierta paz electoral. Se agradece tras un intenso ciclo de elecciones a lo largo y ancho del Estado. La pausa llega en un momento oportuno. A excepción de los comicios catalanes, fijados para febrero, las distintas Administraciones bastante tienen con mostrarse engrasadas para hacer frente a otro complejísimo ejercicio marcado por la covid. Pero en política, cuando las campañas electorales se detienen, los procesos internos asoman, y son muy importantes. En la política navarra el año pasado sirvió de preludio para lo que se acerca ahora.

En junio, UPN celebró su Congreso, en el que salió reelegido Javier Esparza frente a Sergio Sayas. Fue una victoria holgada, pero el resultado (58,29% de los votos del primero frente al 41,71% del segundo) dificulta un tránsito del todo plácido en el partido, pero a la postre deja el camino expedito a Esparza para liderar UPN y Navarra Suma, y tratar de optar al tercer intento a la presidencia del Gobierno de Navarra. Por lo que se refiere a sus socios, en septiembre Pérez-Nievas fue ratificado como coordinador de Ciudadanos en Navarra por el Comité Ejecutivo central. El partido ha mostrado en Pamplona claros síntomas de fricción interna, que se suman al momento delicado que globalmente padece la formación naranja desde la debacle del 10-N de 2019. Mientras, en el PPN, Ana Beltrán continuará en 2021 en la presidencia del partido en la Comunidad Foral, compaginando el cargo con el de vicesecretaria nacional de organización.

La otra coalición que no tiene que gestionar un congreso es Geroa Bai, que acaba de ver nacer en su seno a un nuevo partido, Geroa Socialverdes, mientras el PNV ha renovado hace escasas semanas su Napar Buru Batzar. Así que ambos partidos tienen en 2021 y en 2022 la oportunidad y la obligación de activar correctamente su engranaje de cara a concurrir con optimismo en las próximas elecciones forales.

Bajo el liderazgo de Chivite

Congreso en tiempo de presidencia

A partir de ahí, muchos movimientos. Empezando por el PSN-PSOE. Las fechas dependerán de la situación sanitaria, pero 2021 será año congresual para el PSOE (que afrontará su cuadragésima cita) y también para el PSN, que celebrará su duodécimo cónclave. Por más que se pueda complicar este año la acción de gobierno, el socialismo navarro afrontará su congreso regional en una coyuntura favorable, liderando el Gobierno de Navarra tras una larga travesía en el desierto. En la anterior ocasión, julio de 2017, el congreso regional se desarrolló mes y medio después del Federal y más de dos meses después de que Sánchez recuperase la secretaría general en unas primarias frente a Susana Díaz y Patxi López, con destacada contribución previa de Santos Cerdán. “Creedme, las cosas nos van a ir bien”, dijo el propio Cerdán en el discurso de apertura del cónclave regional que supuso su despedida como secretario de Organización. “Vamos a intentar buscar sinergías con otros partidos que están también en la izquierda y el progreso”, afirmó su sustituto, Ramón Alzórriz. Este año de nuevo Chivite copará el interés informativo en el Congreso venidero. Será su tercer mandato. En 2017 aspiraba a liderar un gobierno “progresista y de izquierdas” y lo ha conseguido. Dijo también que había que “entenderse con Podemos” para evitar gobiernos de derechas en Navarra, y hoy incluso Ferraz se entiende con los morados Ahora se enfrenta a una doble rendición de cuentas, y por más que el poder no sea de ningún modo una balsa de aceite afrontará el cónclave desde esa tranquilidad. En 2017 fue la única aspirante y tuvo el 82,7% de los apoyos. Parece que hizo suyas as palabras de Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León, que animó a “aprovechar la ola” para devolver al PSOE “al sitio que nunca debió dejar de ocupar”. El llamado efecto Sánchez fue muy importante en 2019. En un contexto tan duro y complejo como el actual también se examina la pregonada resistencia del hoy presidente del Gobierno de España.

De un Congreso de refundación a otro presumible de refuerzo

En proceso de evolución

Las fechas dependerán de la situación sanitaria, pero EH Bildu vivirá posiblemente a final de primavera una nuevo Congreso interno tras su congreso de refundación en Bilbao en junio de 2017, que reforzó la organización común compuesta en ese momento por cuatro (Sortu, EA, Alternatiba y la ya disuelta Aralar). Aquel junio de 2017, Otegi, que había salido un año antes de la cárcel de Logroño, se convirtió en el líder de la formación y Bakartxo Ruiz en miembro nato de la Ejecutiva Nacional. El crecimiento de Bildu en las elecciones celebradas en 2020 en la CAV, la posición determinante alcanzada en Navarra y la apuesta por la visibilidad y la influencia en el Congreso de los Diputados, auguran un cónclave tranquilo, que tendrá su traslación interna en octubre en Navarra y resto de territorios, en una línea que a buen seguro renovará la apuesta por crecer como alternativa en los distintos escenarios. Así que el horizonte pinta bastante consolidado. Para buscar fricciones, ya está Eusko Alkartasuna, que este año cumplirá 35 años desde su fundación, muy posiblemente sin zanjar su convulsión interna.

Primarias en sustitución de Eduardo Santos

En busca de savia nueva

Corría mayo de 2017, Eduardo Santos se convirtió en nuevo secretario general de Podemos Navarra, por un estrecho margen de 28 votos frente a Laura Pérez, tras una disputa interna que se cerró en falso, y llegó a su punto máximo de ebullición con la expulsión de Laura Pérez en febrero de 2018. Podemos se enfrenta actualmente a una tesitura delicada. Por un lado, forma parte del actual Gobierno de Navarra y sus dos escaños son claves. Además, Unidas Podemos, con su líder Pablo Iglesias a la cabeza, consiguió hace un año cristalizar un Ejecutivo de coalición con el PSOE. Sin embargo, a nadie se le escapa que la formación morada ha ido quemando etapas muy rápidamente y que dentro de la organización preocupa que el logro de alcanzar poder institucional, desdibuje el proyecto, erosione sus apoyos, y se pierda conexión con la calle, motor clave en su irrupción. Por eso Eduardo Santos, consejero de Políticas migratorias y Justicia en el Gobierno de Navarra, quiere dar paso en un nuevo proceso de primarias a personas que refresquen la estructura organizativa. Podemos convocó dichas primarias el pasado septiembre, pero la asamblea prevista para finales de octubre o principios de noviembre se pospuso ante las limitaciones y dificultades de la coyuntura sanitaria. Ahora el objetivo es reactivar el proceso para el mes de marzo.

Asamblea con interrogantes

Momento de luces y sombras

Se presume una asamblea agridulce para IUN, que se celebrará esta primavera tras la Federal de Izquierda Unida. La presencia en el gobierno de coalición español no genera el consenso esperable en ciertos sectores de la organización. Mientras, en Navarra, se dibuja un cambio de etapa y cierta incertidumbre. Marisa de Simón, que en 2017 relevó a José Miguel Nuin, dejará su cargo. Entonces consiguió el 85% de los votos, pero ya se presumía que su mandato fuese más corto que el de su predecesor. “Tenemos un futuro muy prometedor”, dijo en 2017 de Simón. Su augurio pecó de voluntarista, y en 2019 Izquierda-Ezkerra cosechó un mal resultado. De hecho, Batzarre, el socio en I-E, ha decidido dar por finiquitada la coalición una vez termine la legislatura, por miedo a quedar fuera del Parlamento en la próxima cita electoral. Así que Izquierda-Ezkerra, que este enero cumple 10 años desde su primer acto público, pondrá el punto y final a comienzos de 2023. A Izquierda Unida le toca decidir con quién o de qué manera quiere afrontar los comicios de 2023.