El director general de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, tomará posesión la próxima semana (miércoles o jueves) como consejero de Desarrollo Económico en sustitución de Manu Ayerdi, que el pasado viernes dimitió como consecuencia de la querella impuesta por UPN en el Tribunal Supremo por el Caso Davalor. Ambos mantuvieron una primera conversación ayer, aunque será en los próximos días cuando gestionen un relevo que se pretende hacer de la manera más ordenada posible.

No se esperan grandes cambios en el departamento, más allá de la impronta personal que pueda dar el nuevo consejero con un perfil propio y diferente al de Ayerdi. Ambos no obstante mantienen una buena relación, comparten partido y han colaborado desde sus respectivas responsabilidades, desarrollo económico y política europea, durante los últimos seis años. Así que no se esperan mayores dificultades. Se trata en definitiva de una apuesta continuista dentro de un departamento que seguirá gestionado por Geroa Bai. Un área clave del Gobierno, que con Irujo refuerza ahora su perfil europeísta en un momento además en el que todas las fichas de la recuperación económica están puestas en el número de la Unión Europea.

No hay política económica que no pase hoy por la UE. Si en la crisis anterior fue el origen del problema, con las políticas de austeridad y control presupuestario, Europa se convierte hoy en la gran esperanza gracias a una política expansiva de gasto público que pretende hacer "de la necesidad virtud". "La UE ha hecho algo que se le demandó mucho en la crisis anterior, dar una respuesta a una situación excepcional, y lo ha hecho de forma clara y contundente", relataba recientemente en este mismo periódico el propio Irujo, que considera que la Comisión Europea "ha sido muy inteligente" con la apuesta por los fondos. "Sabe que Europa se está quedando atrás en aspectos como la digitalización. Así que ha hecho de la necesidad virtud con una inversión nunca vista antes, y que además nos convierte en el continente verde por excelencia", celebra el nuevo consejero.

Es el principal mercado comercial de Navarra, sede legislativa de gran parte de la normativa económica y medioambiental y fuente financiera cada vez más importante de las administraciones públicas. Un contexto que adquiere mayor importancia ahora con los fondos europeos para la reconstrucción económica, los Next Generation, en los que Navarra, al igual que el resto de regiones europeas, tiene puestas enormes expectativas. Tal vez excesivas vistos los problemas que en los últimos días está teniendo la Unión Europea con la distribución de las vacunas.

El legado de ayerdi Es el principal reto que asume ahora Irujo al frente del Departamento de Desarrollo Económico, a quien le va a tocar gestionar buena parte de los fondos que van a llegar de Europa. Unos en forma de inversión pública y otros como ayudas directa a las empresas que el Ejecutivo foral debe ayudar a tramitar. Su experiencia en la compleja maquinaria administrativa que es la Unión Europea es uno de sus principales activos.

El nuevo consejero va a encontrar en cualquier caso un departamento ordenado y con un rumbo claro y estable. Tras la improvisación con la que hubo que gestionar la anterior crisis económica, los últimos años han servido para analizar y concretar estrategias de actuación a medio plazo, muchas de las cuales se encuentran ya en marca. Es el caso de la Estrategia de Especialización Inteligente S3, que ha determinado las áreas de actuación económica prioritarias. O del Polo de la Innovación, que busca la transformación digital de la industria, y que en unos días presentará un consorcio público-privado para su desarrollo.

Esa colaboración entre el Gobierno, las universidades y el mundo empresarial es otro de los legados que asume como responsable de Desarrollo Económico. Más allá de aciertos y errores en su gestión, Ayerdi ha sabido crear un clima de entendimiento entre el ámbito público y el privado para fijar estrategias conjuntas y colaborar en su desarrollo. Una cogobernanza con la que ha querido dar estabilidad a cada uno de los pasos y garantizar su continuidad más allá de la coyuntura de cada momento. Lo que en cierta medida garantiza también su desarrollo pese a la marcha del consejero saliente.

EL CORTO PLAZO Una perspectiva de largo plazo que cuenta además con varios proyectos en marcha que el nuevo consejero deberá impulsar para que vean al luz lo antes posible. Y que habrá que acompasar con las urgencias del corto. Entre ellas la principal: la creación de empleo en un contexto todavía incierto y marcado por la pandemia.

El último año ha sido especialmente malo desde el punto de vista económico. La crisis sanitaria no solo ha dejado miles de muertos y hospitalizados, también ha castigado a muchos sectores y colectivos económicos. Y los últimos datos de la EPA no invitan precisamente al optimismo. Hoy hay 8.200 personas paradas más que hace doce meses, un aumento de casi el 30%, que más allá de los vaivenes que la encuesta de población activa ofrece en una comunidad pequeña como Navarra, muestra la gravedad de la situación. Condicionada además por las 10.000 personas que se encuentran en ERTE.

Retos urgentes en un contexto difícil que Mikel Irujo deberá saber gestionar también en el ámbito político, que poco tiene que ver con las relaciones administrativas e institucionales en las que se ha movido hasta ahora, tanto en Navarra como en la UE. Primero dentro del propio Gobierno de coalición, en el que todavía quedan aristas por pulir entre los dos socios principales. Y después en las sesiones de control del Parlamento, donde Navarra Suma, vista la actitud de los últimos meses, no le va a otorgar ni los 100 días de gracias.

Irujo y Ayerdi se reunirán esta semana para hacer un traspaso de poder lo más ordenado posible en un departamento que no para